- El perfil antinuclear
- Interconexiones energéticas
- El problema del gas
- Trabas también a la electricidad
- Reuniones que no avanzan
La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, considera que la resistencia de Francia a su nombramiento como comisaria europea no responde a su perfil antinuclear, sino a la firme apuesta que ha realizado por mejorar y aumentar las conexiones energéticas de España con el resto de Europa. La titular de Transición Energética ha exigido en reiteradas ocasiones conectar mejor la península con el resto de países comunitarios para poder exportar energía y no depender tanto del gas ruso, un plan que desde Francia no ven con buenos ojos porque podría mermar sus propias exportaciones energéticas.
El perfil antinuclear
Desde que entró en el Ejecutivo en 2018, la ministra ha rechazado apoyar la energía nuclear en su apuesta por las renovables. El Gobierno ha hecho suya esta postura, y considera que las centrales nucleares conllevan varios problemas: construirlas supone que no están en marcha hasta cinco o diez años después, de modo que supone una apuesta a largo plazo que ya ocupa la energía renovable. Además, desde Moncloa apuntan al riesgo de catástrofe que conllevan, como sucedió en Fukushima (Japón) o Chernóbil (Ucrania), y a la imposibilidad de eliminar los residuos radioactivos que genera.
Francia, sin embargo, ha apostado fuertemente por la energía nuclear. En febrero de 2022, el presidente de la república, Emmanuel Macron, anunció la creación de hasta 14 reactores nuevos. El Gobierno liderado por Pedro Sánchez nunca ha compartido esta postura, y la llegada a Europa de Ribera, que choca frontalmente con la postura energética de Francia, no entusiasma al país vecino y es otra de las razones que tiene para oponerse a que la vicepresidenta consiga cualquier puesto de responsabilidad sobre la que influir en las decisiones europeas a nivel energético.
Interconexiones energéticas
Pero Ribera está convencida de que las discrepancias sobre la energía nuclear forman la piedra angular de la oposición de Francia. Fuentes del entorno de la vicepresidenta aseguran que el principal problema reside en las interconexiones. La ministra ha peleado por mejorarlas y poder facilitar la exportación de energía desde la península, pero Francia siempre se ha mostrado reticente a tales avances.
Los intereses de Macron pasan por situar a Francia como exportador al resto de Europa. Más aún con todas las centrales nucleares que planea poner en funcionamiento en los próximos años. Este plan choca con convertir a Barcelona en el punto que conecte el gas que llega de Argelia con el centro y norte de Europa.
El problema del gas
«Francia es un país con el que hay muchas afinidades y sinergias, pero con el que cuesta mucho avanzar al ritmo que corresponde en interconexiones», advirtió Ribera en marzo de 2022 en un acto organizado por el periódico La Vanguardia.
Los planes del ministerio pasan por construir una infraestructura que atraviese los Pirineos, del mismo modo que llega desde África hasta España. Pero ningún país quiere asumir el coste y sin el sí de Francia, no habrá interconexión alguna.
«No puede ser que la presión para acelerar esta infraestructura se quede de Pirineos para abajo, porque al otro lado del Pirineo se necesita una inversión bastante cuantiosa para conectar esa tubería de gas al sistema troncal», criticó la vicepresidenta en el mismo evento, que apuesta porque sea Europa quien financie un proyecto que afecta a todos los estados miembro.
La propia UE deshecho este proyecto por su falta de rentabilidad, pero el estallido de la guerra en Ucrania llevó al Ejecutivo a tratar de reimpulsarlo.
Trabas también a la electricidad
Francia sí aceptó la construcción de un cable submarino desde el Golfo de Vizcaya que elevaría la interconexión entre ambos países a los 5 GW. Según publicó El Periódico de la Energía el pasado mayo, un informe interno de la CNMC francesa revelaba que el país vecino se opone a cualquier otro proyecto y asegura que se estudiarán uno a uno, paralizando los proyectos transpirenaicos de Navarra y Aragón que Bruselas observa con gran interés.
«Los análisis de costo-beneficio realizados no han demostrado que los beneficios aportados por los proyectos adicionales superen los costes», asegura el texto del organismo francés.
Reuniones que no avanzan
En febrero, España y Francia crearon una comisión bilateral para avanzar en las interconexiones, pero no hay avances significativos sobre qué proyectos se van a ejecutar ni quién los financiaría. “Aunque se ha resuelto la cuestión de la interconexión eléctrica en el Golfo de Vizcaya, quedan pendientes dos interconexiones a través de los Pirineos que deben completarse”, afirmó la ministra en referencia a planes de Navarra y Aragón.
Las reuniones se seguirán produciendo para convencer a Francia, pero la insistencia de Ribera desde la vicepresidencia le ha complicado el apoyo de los parlamentarios franceses para conseguir el cargo de comisaria europea.