Se estima que el 70% de los estudiantes de la Universidad de Navarra son de fuera de la comunidad y entre un 15 y un 20% de los estudiantes de la UPNA. Por eso, en los últimos años se está incrementando la demanda de alojamientos universitarios en Navarra. Hay cerca de una veintena de residencias universitarias que poco a poco van comiendo terreno a la opción de pisos. 

¿Y por qué esta proliferación en los últimos años? «Ofertamos todo lo que el estudiante quiera. Desde medias pensiones, pensión completa, comidas, cenas, limpieza, lencería… Nos podemos encargar de todo, como si fuéramos un piso en el que tuvieran todo. Y además, nuestro añadido es que le damos muchísima importancia tema de las actividades», indica Eva Igoa, desde Residencia Resa Los Abedules.

En estos momentos la ocupación de las residencias rozan el 90 por ciento de ocupación. Residencias por las que se decantan sobre todo estudiantes de primer curso o de Erasmus. Y es que una vez que han conocido a gente y se han adaptado a la ciudad, a través de la residencia, en segundo curso ya buscan pisos con amigos. «El estudiante que ya ha estado un año aquí, en Pamplona, y ha hecho ya un grupo de amigos y ya conoce gente, le apetece más vivir en un piso. Y tener así una convivencia con sus amigos, más que algo tan individual como es una residencia, que cada uno tiene su habitación. El piso es una vida un poco más independiente», asegura Isabel Martínez de AB Servicions Inmobiliaris.

Aunque cada vez hay más residencias y cada vez más personas apuestan por ellas, lo cierto es que los pisos se siguen alquilando. «Es cierto que ha crecido mucho lo que es la zona de Mendebaldea, porque están las dos universidades de Medicina o Ciencias de la Salud. Y luego, la zona de El Sadar también ha crecido, porque al final ahí está muy cerca de lo que es ESSIC y de la UPNA». Todo lo que sale al mercado se acaba alquilando, aunque «el estudiante es cada vez más exigente». 

Estudiantes en la residencia RESA Los Abedules

Estudiantes relatan su experiencia en pisos y residencias

Los estudiantes ahora son más exigentes, no se alojan en pisos antiguos o viejos como ocurría antes, sino que buscan hogares. Alquileres superiores a lo que es una vivienda habitual. «Los precios dependen del número de habitaciones: a mayor número, mayor precio. La ubicación y el estado de la vivienda… Estaríamos hablando de un precio aproximado de 500 euros por estudiante mensual. Sin incluir los gastos de comunidad o lo que es un servicio de Wi-Fi o incluso de limpieza».

Las zonas más demandadas: el barrio de Iturrama, Mendebaldea y la zona de El Sadar.

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