Wall Street cotiza sin tendencia definida tras el signo mixto registrado este jueves, con el Dow Jones al alza y el S&P 500 y el tecnológico Nasdaq a la baja. Salvo sorpresa, el índice industrial cerrará la semana con saldo positivo, mientras que los otros dos, más influenciados por la tecnología, parece que despedirán la semana con pérdidas.

La caída se debió, en buena medida, a la reacción del mercado tras los resultados de Nvidia. La compañía, que viene liderando la bolsa estadounidense desde el ‘boom’ de la inteligencia artificial (IA), ofreció unas cuentas bastante positivas en su segundo trimestre fiscal. Con todo, y por primera vez en bastante tiempo, la tecnológica no fue capaz de cumplir con algunos de los pronósticos más exigentes del mercado.

«Es una gran compañía cuyos ingresos todavía están creciendo en un 122%, pero parece que el listón se fijó un poco demasiado alto para esta temporada de ganancias», apuntó Ryan Detrick, estratega jefe de mercado en Carson Group. Otros analistas también indicaron que los retrasos de Nvidia en la producción de su chip Blackwell, el chip dedicado a IA más potente de la firma tecnológica, tampoco gustó a los analistas, quienes también temen que la competencia esté poniéndose al día y pueda acabar comiéndole cuota de mercado a Nvidia.

En este sentido, las acciones de Dell están subiendo con fuerza después de que la compañía haya publicado unos resultados muy convincentes gracias al empuje de la IA. La tecnológica, que ha aumentado un 83% su beneficio, ha anunciado que la rama de negocio que incluye servidores optimizados para IA y hardware de red, registró unos ingresos récord de 11.600 millones de dólares, un 38% más que un año antes, con unos ingresos récord de servidores y redes de 7.700 millones de dólares, un 80% más que un año antes.

TODOS LOS OJOS EN LA FED

Sea como fuere, Nvidia no ha sido la protagonista de esta jornada. En su lugar, el mercado ha estado muy pendiente de la Reserva Federal (Fed), o mejor dicho, de su política monetaria. Esto, a pesar de que hoy no se ha producido ningún anuncio ni intervención de calado por parte del banco central estadounidense.

No obstante, lo que sí que se ha conocido es la lectura del índice de precios de consumo personal, también conocido como PCE o deflactor de consumo privado. Esta referencia es el indicador favorito de la Fed para orientar su política monetaria, y los datos que ha obtenido del mes de julio son mejores de lo esperado, ya que tanto el índice general (2,5%) como el subyacente (2,6%) han mantenido su nivel y han mejorado previsiones, que apuntaban a un repunte de una décima en cada uno.

Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro, asegura que «se trata de otro informe de inflación tranquilizador para una Reserva Federal que pretende bajar los tipos de interés en su reunión de mediados de septiembre».

«Habría sido necesario un informe de inflación abrasador para que la Fed diera marcha atrás en un recorte de tipos ahora, sobre todo después de que el presidente Powell señalara el cambio de política durante su discurso de Jackson Hole», agrega.

Tras las últimas declaraciones del presidente Jerome Powell, el mercado da por hecho que el banco central estadounidense bajará los tipos de interés en septiembre. Sin embargo, la cuestión, aseguran numerosos expertos, es saber cuán grande será el recorte de la Fed: dos de cada tres analistas apuestas por un recorte de 25 puntos básicos (pb), mientras que el tercero se inclina por una bajada de 50 pb, según datos de la herramienta FedWatch de CME. Con todo, una desviación en la lectura del PCE podría cambiar por completo estas expectativas.

Esto, después de que ayer EEUU revisara al alza el PIB del segundo trimestre. Según el Departamento de Comercio estadounidense, la primera economía del mundo creció a un ritmo del 3% entre abril y junio, dos décimas porcentuales más de lo expuesto en la primera estimación, debido a un mejor comportamiento de lo estimado del consumo privado. Y es que el gasto de los consumidores casi se duplicó, hasta el 2,9%, frente al 1,5% del trimestre anterior.

«El enfriamiento de los precios del PIB fue menor, pero los precios subyacentes disminuyeron más de lo previsto. En conjunto, la economía estadounidense repuntó en el segundo trimestre, pero el repunte no aumentó las presiones sobre los precios. En pocas palabras, los datos sabían exactamente como les gusta a los inversores, con el dulce añadido (para las expectativas de recorte de tipos de la Reserva Federal) de que se ha ralentizado en el tercer trimestre, pero se ha ralentizado a partir de una marca más alta», apunta Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank.

Según Fernández-Figares, esta lectura, que refleja un crecimiento «entre moderado y sólido» y una inflación «a la baja», volvió a poner sobre la mesa un escenario de aterrizaje suave de la economía (bajar la inflación sin provocar una recesión), el cual es positivo para los mercados. Por su parte, Ozkardeskaya subraya que el diferencial entre el rendimiento del bono estadounidense a 2 años y el bono a 10 años prácticamente se ha cerrado, señal que indica que el mercado confía en este escenario, al tiempo que el índice del dólar se recuperó, reflejando esta confianza en que la Fed va a empezar a bajar tipos en la próxima reunión.

Con todo, esta estratega señala que la actividad en los futuros de los fondos de la Fed muestra que la Fed recortará los tipos en 100 pb de aquí a finales de año, un escenario que implicaría una fuerte desaceleración a partir del trimestre actual. «Afortunadamente, los datos no son ‘tan’ alarmantes. Por lo tanto, creo que hay margen para recortar las expectativas de recorte de la Fed a entre 50 y 75 pb este año, lo que debería justificar una nueva corrección positiva del dólar estadounidense y una mayor rotación del S&P 500 hacia los valores cíclicos favorables al crecimiento, incluidos los del sector energético y financiero», agrega.

«Se cree que la rotación desde el sector tecnológico hacia otros sectores, también denominada reflación, será positiva para los valores europeos. De hecho, las entradas de capital en los valores europeos superaron a las entradas en los mercados estadounidenses en el segundo trimestre, impulsadas precisamente por la expectativa de que los recortes de tipos a escala mundial serían mejores para los valores europeos favorables a la reflación que para sus homólogos estadounidenses, con un alto componente tecnológico (y también porque el Banco Central Europeo (BCE) empezó a recortar los tipos antes que la Reserva Federal)», reflexiona Ozkardeskaya. No obstante, esta analista también advierte que las expectativas de recortes de tipos no podrán atraer «infinitamente y por sí solas» a los inversores al Viejo Continente, especialmente en un contexto en el que Europa está ralentizándose con celeridad.

OTROS MERCADOS

En otros mercados, el euro se revaloriza frente al ‘billete verde’ (+0,07%, 1,10 dólares). Por su parte, el petróleo sube alrededor de un 0,6%: el crudo Brent cotiza a 80,4 dólares y el barril de WTI se intercambia por 76,3 dólares.

El oro cede ligeramente (-0,04%, 2.559 dólares), al igual que la plata (-0,03%, 29,98 dólares).

El bitcoin no es capaz de consolidar los 60.000 dólares y el ethereum está cerca de perder los 2.500.

El rendimiento del bono estadounidense a 10 años se relaja al 3.861%.

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