Al llegar a la Liga Protectora de Animales de Sabadell de Sabadell, lo primero que te reciben son los ladridos de decenas de perros. De todos los tamaños, razas y edades, te saludan desde los más de 20 patios del centro. Los trabajadores los van atendiendo, les dan de comer y les permiten salir de las jaulas durante horas para que hagan ejercicio y socialicen al máximo, con tal de evitar la sensación de aislamiento y soledad que provoca vivir en unos pocos metros cuadrados. Movidos por la curiosidad, los perros se acercan a saludar, algunos moviendo la cola para ser acariciados. Otros, con más timidez, huyen de la proximidad.

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