Es una historia que parece sacada de una novela de ciencia-ficción y, sin embargo, es totalmente real. Hay un pueblo en Pensilvania (EEUU), llamado Centralia, en cuyo subsuelo se originó un incendio subterráneo iniciado de forma accidental hace más de 60 años y, según las estimaciones de los científicos, continuará todavía por espacio de otros 250 años.

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