Nada somos si no recordamos. Y cuando se cumplen tres años de la celebración de las Fallas de Septiembre, hay historias que se pueden convertir en documento.
Pues dicho esto, no podemos hablar de las Fallas contemporáneas si no recordamos los 500 días (y pico) que van desde la suspensión de la fiesta al momento en el que renacieron. El increíble paréntesis de la fiesta, inimaginable a finales de 2019. Un tiempo que marcará a toda una generación (y más). De falleros o no falleros.
Este es el relato de los hechos alrededor de las Fallas desde aquella infausta noche del 10 de marzo de 2020.
Marzo 2020. Se suspenden las Fallas
La suspensión de las Fallas, a las 22.19 horas del 10 de marzo, manda a la ciudadanía a sus casas. La fiesta se paraliza y lo refrenda Consuelo Llobell un par de días después y entre lágrimas. Antes, Ayuntamiento y entidades falleras pactan recuperar la fiesta en el mes de julio, dentro de tres meses. Nadie lo pone en duda porque nadie duda que esto durará poco.
Las fallas que estaban descargadas en las calles protagonizan uno de los episodios que pasarán a la historia: en silencio son recogidas y trasladadas a Feria València, donde aguardarán durante mucho tiempo a cumplir con su objeto final. Les esperan meses en las que se convertirán en una imagen impresionante.
Algunos artistas consuman el milagro de desplantar las fallas que estaban ya montadas y lo hacen antes de recluirse. Otra no lo consiguen. De esa manera perdemos el «Milacre» de Na Jordana, la Lucrecia de Duque de Calabria, la aviadora de Cuba-Literato Azorín y el cuerpo de la Meditadora. El busto de la chica se convierte en el gran icono de la ciudad desde el momento que, tras la suspensión, se le ha puesto una mascarila y durante los días que se queda a la intemperie (también bajo la lluvia) en una ciudad fantasma.
Con la Exposición del Ninot clausurada forzosamente, se contabilizan los votos. Almirante Cadarso-Conde Altea logra un extraordinario doblete con el indulto de sus dos figuras, de Manuel Algarra y Enric Ginestar.
La semana fallera transcurre con tristeza infinita y muchos mensajes y ofrendas virtuales. Además, habrían sido unas malas fiestas, porque la lluvia habría deslucido bastantes jornadas. El ánimo tan sólo se levanta un poco gracias a los músicos, tocando desde los balcones el 19 de marzo.
Final del capítulo. No ha habido Fallas. Increíble pero cierto. Queda por delante mucha incertidumbre, aunque la prioridad, en esos momentos, es cuidarse y cuidar la vida propia.
El 20 de marzo, Ximo Puig da un baño de realidad y advierte que es aventurado dar por hecho que habrá Fallas en julio. No estaba equivocado.
Abril 2020. Solidaridad y valor
Después de haber presenciado algunas retiradas de luces en los días finales de marzo (Cuba-Literato Azorín), el estado de alarma y el confinamiento dejan el mes de abril con la misma atonía de un ejercicio normal, en el que la primavera arranca con la particular reconstrucción de las comisiones. Pero en casa. Instalados en la incertidumbre, abril empieza a mostrar lo que sería una constante durante los doce meses: la solidaridad de la fiesta. Los casales se abrieron lo esencial, lo que incluyó en numerosos casos recuperar comida y bebida preparada para la semana de Fallas y entregarla en centros de carácter social.
También en cuanto se produce una cierta organización, aunque sea telemática, desde las comisiones empiezan a aparecer iniciativas para elaborar mascarillas, que se entregan en centros sanitarios.
Mientras, cientos de falleros y falleras cambian los trajes de gala por los epis y comparten la precariedad de medios con el resto de sus colegas médicos y se encierran en los hospitales para tratar a los enfermos. Levante-EMV visibiliza y ejemplifica con casos como el de la fallera mayor de Gandia o varias falleras que han pertenecido a la corte de València. Pero son muchos más. Talleres falleros se reconvierten y aprovechan su tecnología para elaborar equipos de protección. Es momento de arrimar el hombro mientras casi todas las comisiones confirman la continuidad de sus presidentes.
La ciudad alberga vestigios de las Fallas: senyeras de plástico que van amarilleando, luces que se han quedado colgando de las calles (el confinamiento impide trasladar las brigadas para el desmontaje). En el tramo final del mes se termina de retirar la jaula de la plaza del Ayuntamiento, las vallas y los sacos de arena que esperaban para falcar los monumentos.
Mayo 2020. Adiós a las Fallas de Julio
Hay que tomar decisiones. Y es lo que trae mayo. Adiós a las Fallas de Julio y, por extensión, a las Fallas 2020. Ya no es suspensión o aplazamiento, sino cancelación. La pandemia no da tregua y las cuentas, teóricamente, no salen. A cambio se crea la fórmula 75+75. Se dará subvención a las comisiones si garantizan en 2021 y 2022 un desembolso en falla por lo menos igual al 75 por ciento de lo abonado en 2020.
Se acuerda, en votación telemática y por abrumadora mayoría, la continuidad de falleras mayores de València y cortes de honor. Consuelo, Carla y sus 24 compañeras de viaje formarán parte de los libros de la fiesta de una forma inusitada.
Se traslada la primera gran tanda de fallas a Feria València, mientras se empieza a vaciar la Exposición del Ninot, donde han quedado las figuras durante semanas.
Los artistas falleros del «cap i casal» son beneficiarios de un fondo de 200.000 euros desde la concejalía de emprendimiento.
Y desde la de Cultura Festiva, Carlos Galiana empieza, ahora sí, a soltar amarras. Ya deja claro que la Meditadora no le convence como falla municipal de 2021, por lo que convoca nuevo concurso. Y en las últimas horas del mes, tras el último pleno, comunica a la directiva de Pere Fuset que no va a continuar ninguno. A última hora salvará a Javier Tejero.
Junio 2020. Renovación total en la directiva de la JCF
La nueva directiva de la JCF está formada exclusivamente por mujeres, incluyendo como novedad más destacada la separación de la secretaría general en dos secciones: una de gestión «fallera» y otra de gestión técnica. Galiana no duda en dar cargos de responsabilidad a algunos de los grandes críticos a Pere Fuset.
Las reuniones siguen siendo telemáticas y se apela a repetir los horarios de la Ofrenda cuando ésta tenga lugar. Tal como era de prever, la Meditadora no será la falla municipal de 2021. Alejandro Santaeulalia, con diseño de Dulk, hará la grande y Ceballos y Sanabria la infantil. La retirada de fallas se atasca y aumentan las críticas por la inacción por parte de la Generalitat en ese sentido.
Julio 2020. Nuevas fallas municipales
El julio de desescalada desvela las dos nuevas fallas municipales. La grande, ‘Protegix allò que estimes’ es un alegato ecologista y ‘Saps qui sóc? També!’, la infantil, es una continuidad temática de la que permanece guardada.
Muchas fallas se han apuntado al 75+75 por ciento, ayudadas por la buena salud económica que ha dejado la super-subvención. Y, cuatro meses después de su rueda de prensa, Consuelo Llobell reaparece en un acto como fallera mayor entregando los regalos de una subasta solidaria. Se runrunea, sin llegar a decirlo en voz alta, que la buena situación sanitaria podría haber permitido plantar y quemar las fallas en el proyectado mes de julio, quitándose un problema de en medio. Pero plantar y quemar.
Juanjo García publica el álbum de ilustraciones «Cuarenta dibujos para una cuarentena y pico», Jaime Bronchud, el «Diario de una catarsis» y Diego Palacios, «Sentir el Fuego».
Agosto 2020. Vuelven los trajes y nacen los «Planes A, B y C»
La procesión del Cristo del Palmar permite volver a ver trajes de valenciana y valenciano en actos oficiales. No se ha detenido la actividad en el mes del sopor y los rebrotes. Se acuña un término que acompañará el resto del ejercicio: Plan A, B y C. Es lo que se transmite: versiones más o menos acercadas al modelo tradicional según evolucione la pandemia de cara a marzo.
Con el levantamiento de restricciones se produce una imagen inusitada: cinco meses después, Russafa deja de mostrar los adornos luminosos.
Los artistas llevan ya tiempo intentando vender su producto, sus habilidades artísticas y un acuerdo entre Ayuntamiento, Gremios y Valencia CF permite que los profesionales elaboren un ninot en cada partido del club de Mestalla para los rivales. No les saca de pobre ni de lejos, pero les da visibilidad.
Consuelo Llobell pasa el mes de agosto ejerciendo de médica en el consultorio de El Perelló.
Septiembre 2020. El único mes con grandes actos
El intento de volver a la normalidad, que no es tal, y la relativamente poca incidencia permite celebrar hasta tres actos grandes. Primero, la entrega de los premios ya fallados y que han quedado pendientes de entregar. Las falleras aparecen por primera vez vestidas de gala con mascarilla. Inusitada imagen.
Después, el Salón de Cristal alberga el nombramiento-proclamación-exaltación de todas ellas. Se les imponen nuevas bandas. Ya son las únicas de la historia (María Luisa Aranda a dedo aparte) que tienen dos distintivos de su rango.
E inmediatamente después, la Federación de Especial traslada sus señas de identidad a los tinglados para celebrar la «Festa per a Tots». Allí se planta la primera falla de la nueva era. O la primera obra a secas, porque una falla, para serlo, ha de quemarse, cosa que aún no se permite. Dentro de ese particular intento de vuelta a la normalidad, se convocan varios concursos oficiales de la JCF, incluyendo teatro, play back o juegos de mesa.
La tertulia con artistas falleros deja entrever, por primera vez, la posibilidad de que la fiesta no se celebre en marzo de 2021.
Las comisiones también vuelven a vestirse. Lo hacen los cuadros de honor en las visitas a Alicante, donde se ha habilitado una serie de jornadas para celebrar nombramientos. También se celebrarán nombramientos y proclamaciones con un punto de gala en casa.
A finales de agosto, Sanitat Pública ha enviado las premisas para el aforo de los casales, pero las dudas se resuelven con una reunión ante la secretaria autonómica. La pandemia está permitiendo una cierta libertad. Los casales se llenan de marcas en el suelo y dispensadores de gel hidroalcohólico. Otras fallas salen a espacios exteriores para ensayar. Para hacer falla.
Octubre 2020. Enfado por la falta de confianza
Tiempo revuelto. Na Jordana celebra de forma telemática y con actos de aforo reducido su Tirant y es un éxito. La pirotecnia que quedaba por disparar se reparte entre los pueblos para poner sonido y color al 9 d’Octubre. Un acto que el virus hacer perderse a Consuelo Llobell. La fallera mayor cumple un año de mandato y afronta su segundo capítulo. Antes ha hecho un llamamiento: «pido a los falleros que no se borren de las comisiones. La fiesta nos necesita todos». Y es que empieza a apreciarse que el número de bajas, contenida durante los primeros meses, empieza a ser mayor de lo deseable.
Dentro de esa búsqueda de aparentar normalidad, y de paso para hacer gasto en el maltratado mundo de la indumentaria, el ayuntamiento adjudica un nuevo equipo de trajes para las 26 falleras. Semanas antes, los profesionales se han manifestado ante el ayuntamiento vestidos y vestidas de negro.
Octubre es el mes del desencuentro político con el cruce de declaraciones. Si Ana Barceló dice que «sin vacuna no habrá ni fallas ni otras fiestas» y Ximo Puig apela a «no generar falsas expectativas», Galiana contesta que «hay margen y mi trabajo es ilusionar a la gente. No puedo tirar la toalla en octubre». Los brotes crecen y los casales se cercenan a seis personas.
Y Galiana dice que «no entiendo esa fijación con las sedes festivas», mientras Guillermo Serrano, presidente de la Interagrupación, se queja de que «nos tratan como si fuéramos el Galileo, cuando el comportamiento en los casales ha sido ejemplar». Los augurios no son buenos y el primer paso lo da la Agrupación de Fallas del Marítimo: a pesar del férreo protocolo que ha elaborado para poder celebrar campeonatos de juegos de mesa, los cancela.
Noviembre 2020. Cierre de casales
Una proclamación de 30 minutos, en la calle, de Séneca-Yecla, es el último evento fallero. La segunda ola es virulenta y los casales se cierran sin más resquicio que las cuestiones administrativas, incluyendo el reparto de la lotería. La Fiesta del Patrimonio se suspende, convirtiéndose tan sólo en un brindis simbólico bajo el balcón municipal, en el que Joan Ribó advierte que la fiesta «puede retrasarse, pero con luz al final del túnel».
La Marina pide que se retiren fragmentos de fallas allí guardadas. Por lo menos hay que dejar dos bases expeditas, mientras entre los artistas empieza a cuestionarse en qué estado se encontrarán sus obras después de más de un año y sometidas a rigores atmosféricos.
La JCF elabora un presupuesto en el que cuenta con celebrar actos, aunque sea a un nivel menor. El problema no es prever, sino después utilizarlo, porque el año está acabando y el «no realizado» va a pasar a la caja común de la ciudad. En medio de esta indefinción, la directiva del Gremio de Artistas Falleros da por finalizada la legislatura y convoca elecciones para enero. Y mientras, en los talleres está volviendo la actividad. La aviadora de Cuba-Literato Azorín vuelve a mostrarse en proceso de reconstrucción. Es esa pretendida luz de ese verdadero túnel.
Diciembre 2020. No va a ser en marzo, pero…
Con aforos limitados se celebra una versión a contraestilo de la Fiesta del Patrimonio, que sirve para desvelar el cartel de las próximas fiestas, sean cuando sean, originales de Diego Mir y Fase Studio y que homenajean a los oficios. Se desvelan los nuevos trajes de las cortes (las mayores, totalmente de blanco) y lo más interesante es el debate de fuerzas vivas: «Si hemos esperado seis meses, vale la pena esperar un poco más».
Y tendrán que esperar, porque la comisión que lleva negociando con Sanidad, y buscando alternativas asume que marzo ya es un mes inviable para la celebración de la fiesta. Por lo que se trabaja ya como plan es empujar los festejos a la primavera. Se prevé, eso sí, quemar la meditadora a puerta cerrada el 10 de marzo, para lanzar un mensaje de esperanza con motivo del primer aniversario de la suspensión.
Así lo publica Levante-EMV y así lo refrenda Joan Ribó al día siguiente. «Con vacuna ya hay opción a celebrar Fallas, pero no en marzo». Este plan se produce antes del estallido de la tercera ola, que acabará por trasladar aún más los tiempos. Ribó hace esas declaraciones segundos antes de plantarse y quemarse la única falla del año en la ciudad: la de la Festa del Pí que elaboran los aspirantes a artistas falleros. Y como el mundo está al revés, el árbol se planta también cabeza abajo.
No, no se va a plantear el Congreso Fallero. Galiana quería obtener el visto bueno de la asamblea, pero el regreso a las juntas telemáticas y que no está el ambiente para estas cosas aplaza la cuestión.
Se celebra el concurso de belenes, Na Jordana se lanza a una exitosa campaña de mecenazgo para ayudar a reconstruir su falla. Los casales sufren un alarmante aumento de robos y los datos revelan la realidad: el 11 por ciento del censo se ha dado de baja. O quizá dicho de otra manera, el 89 por ciento de los falleros resisten.
Enero 2021. Vuelve la hibernación
Las falleras mayores de Primera A hacen su ofrenda a la Virgen en las primeras horas del nuevo año con la esperanza de volver a la normalidad. Pero a ésta le va a costar porque las olas tienen un proceso natural de subida y bajada. Y aquí falta por pagar la factura de los excesos navideños. Se vuelven a jugar los campeonatos de juegos de mesa de la JCF sin que hayan cambiado las condiciones. Y sin que hayan vuelto a cambiar, se aplazan las finales.
El endurecimiento de fechas obliga a hibernar la fiesta. Se suspende el concurso de teatro ya empezado (se ha salvado la Tercera Categoría y la declamación). Y el día 15 se confirma la noticia: no habrá Fallas en marzo. Las entidades falleras quieren algo más, porque eso ya se sabía. Y se obtiene una nueva moratoria: suspensión durante el primer semestre y a partir de ahí, con los datos de vacunación, iremos viendo.
Los reveses endurecen a las personas y esta vez con mucha más serenidad, Consuelo Llobell asegura que «Somos una fiesta responsable y comprometida, una fiesta que respeta rigurosamente las restricciones sociales y las recomendaciones sanitarias, y así lo hemos demostrado. Más que nunca, me siento orgullosa de ser la máxima representante de una fiesta que predica con el ejemplo. La vacuna nos ha dado esperanzas para que en unos meses podamos tener Fallas. Por eso os pido que hagamos las cosas bien». Galiana opta por «ser prudente y no dar fechas». ¿Será en julio, será en septiembre?
Paco Pellicer accede a la maestría mayor del Gremio después de un empate inicial en las votaciones. Ferran Martínez y Manuel Jorge visibilizan la campaña «Fallers en Primera Línea», recordando a los miembros de las comisiones que pelean con la tercera ola.
El mes finaliza con una asamblea turbulenta, en la que algunos presidentes empiezan a preguntarse por qué no cerrar definitivamente hasta 2022 en lugar de las «Fallas entre comillas», término acuñado por Galiana. El concejal se incomoda y espeta un lapidario «¡Ni a mi peor enemigo le deseo pasar lo que estoy pasando!»
Unas horas después, el pleno municipal aprueba abrir una nueva línea de ayudas a las comisiones de falla.
Febrero, 2021. Las consecuencias, en números
El mes arranca con una rueda de prensa demoledora del sector de la indumentaria: aseguran que han pasado de facturar 40 millones en 2019 a tan sólo 3,6 en 2020. Reclaman la ayuda institucional que salve un elemento protegible del Patrimonio de la Humanidad. A los pocos días lanzan la idea de visibilizarse con una campaña: #salvemlaindumentaria
Están tan mal como los pirotécnicos, a los que se promete la misma inversión de 300.000 euros para disparar los próximos meses.
El PP apremia con el plan para subvencionar a las comisiones y Ciudadanos abre la puerta a los colectivos falleros a solicitar ayudas a través de Europa. Mientras, en el pleno de la JCF se anuncia que habrá un mes de marzo con «Fallas Virtuales» y que los «bunyols de brillants» se celebrarán en abril, mientras los concursos se cancelan definitivamente. Los niños no tendrán clases durante los días de Fallas. Así lo decide el Consejo Escolar. Y así lo reiterará posteriormente.
En la asamblea se presenta el programa de festejos virtuales, incluyendo una ofrenda presencial, pero en las parroquias. Vuelve a plantearse, por segundo mes, el traslado definitivo al año 2022.
El día de la crida, docenas de falleros se acercan, en pequeños grupos, a hacerse una foto de recuerdo junto a las torres.
Marzo 2021. Virtualidad y conflictos
Una traca simboliza la protesta de los pirotécnicos, que se dan cita en la plaza allí donde debía haber empezado la serie de disparos de mediodía, reclamando soluciones a su colapso económico. Sanitat da el visto bueno a celebrar, la noche del 19 al 20, un castillo desde múltiples espacios de la ciudad. Pero la echará atrás el día 9, para enfado monumental de los profesionales y el recelo entre instituciones. Acrecentados porque, mientras en València no había fuegos, Mislata es una inmensa palmera simultánea la noche del 19.
Y también hay enfado porque no se autoriza la apertura de los casales, ni siquiera para cuestiones administrativas, que sólo podrán levantar las persianas el día 30.
Las «No Fallas» combinan realidad y virtualidad. En fin de semana, en 17, en 18, con sol, lluvia, blusón o traje de gala, la basílica de la Virgen recibe visitas y flores. Y las parroquias se convierten en un refugio para reunirse y vestirse a modo tradicional. También la Virgen de los Desamparados recorre las calles en el maremovil. Y la indumentaria se pone en valor y se advierte en el Colegio de la Seda, con una campaña de visibilización para evitar que caiga en el olvido.
El 10 de marzo, a las 22.19 horas, se planta y enciende (con algún problema técnico) un pebetero con el lema «Tornarem». Que días después sustituirá el fuego de butano por una llama escultórica para pervivir hasta septiembre. Ceballos y Sanabria exhiben parte de su falla infantil en el Centro del Carmen y Malvarrosa anuncia el regreso a Especial para 2022.
La noche del 15 de marzo, la ciudad aparece llena de pintadas amarillas con el lema «Açí crema el cor d’una falla», que se convierte en un icono: no hay falleras mayores y presidentes, y falleros de a pie, que no se hagan una foto delante de una acción tan sencilla como efectiva.
El programa oficial de Fallas Virtuales también incluye alguna pifia, como colgar polares de la JCF en el balcón municipal (que se retiraron en seguida ante las críticas) o tutoriales de dudoso gusto.
Se visita al vecindario, se imponen bandas, se regalan llibrets a los anunciantes, se engalanan escaparates (incuyendo ninots de artistas falleros), y balcones y se hacen actos a la puerta del casal de forma obligatoriamente timorata. Incluso unos contenedores decorados como ninots se convierten en estítmulo para visitar y fotografiar.
Músico Gomis y Luis Oliag-Mariola-Granada ganan el ninot indultado virtual, con ideas y dibujos que nada tienen que ver con los ninots que, normalmente, se indultan. Los casales acogen donaciones de sangre donde en otra ocasión debía bullir la fiesta. Consuelo, Carla y las cortes hacen la Ofrenda Virtual y Nuria Adraos viraliza la fiesta a través de instagram con un vídeo emotivo.
En la Catedral, San José recibe una ofrenda de la JCF con un clavel por cada comisión y sin más cremà que algunas fallas artesanas quemadas en casa, la Policía Local hace un balance excelente del comportamiento de las comisiones durante unos días extraños como pocos.
Empieza el nuevo ejercicio y el ayuntamiento confirma que no contratará otra falla municipal: La Meditadora será para 2021, cuando sea, si lo es; y la de Alejandro Santaeulalia se empaqueta para 2022.
Consuelo Llobell se presenta al MIR, que resultados en la mano demuestra que, aún con agenda cargada, puede con todo. Gana un buen puesto de médica de familia.
Abril 2021. «Encara estem a temps» y la «tripitición»
El mes de reorganizción por excelencia pasa indolente, pero termina acelerado con la campaña «Encara estem a temps» que promueve la Interagrupación. Pensando en que, con los buenos datos epidemiológicos, hacer unas Fallas diferidas en el calendario, aún en 2021, es posible.
Antes, nos enteramos de que hay un estudio que plantea convertir la Ciudad del Artista Fallero en un Distrito Creativo (aunque da la sensación de que se quedará en el papel).
En los primeros días del nuevo ejercicio empieza a darse a conocer lo que va a ser una constante: haya o no haya Fallas en 2021, muchas comisiones van a prolongar el cargo a sus falleras mayores. Se acuñará el térmimo «tripitición». Algo que va a ser un goteo constante.
Cuando la JCF anuncia que a las mayores de 14 años no se les va a dar de oficio la venia de continuar en la comisión infantil (habrá que conseguirlo al mes siguiente mediante una propuesta) empieza a dejar claro que la oficialidad sí que piensa en relevar a Consuelo, Carla y las cortes.
La demostración más palpable de cómo los artistas se han de buscar la vida para seguir trabajando se demuestra con Palacio&Serra, que igual que hacen fallas, hacen nichos de cementerio.
La oposición municipal afea a Cultura Festiva que haya dejado 3,2 millones de euros por ejecutar, que pasan a la hucha general. Y así, entre debate y debate, una actividad en dos fines de semana devuelve una cierta alegría: el intercambio de fotos e imposición de «brillants». Nostalgia, reencuentro y mascarilla.
Mayo 2021. El gran pacto
Mayo de 2021 será recordado como el mes en el que se pactó el regreso de la fiesta. Primero por el visto bueno de Sanidad (que llevó a un enfrentamiento entre socios de gobierno por filtrarse la ventana de días); después, por el acuerdo con la Mesa de Seguimiento, que pone sobre la mesa celebrarla del 1 al 5 de septiembre. Y finalmente, por la ratificación, el 12 de mayo, de forma casi unánime, en una asamblea de presidentes. Asamblea entusiasta, de la que sale el nuevo hastag: #Tornem. Aunque haya comisiones que no acaben de estar de acuerdo y que, en la reunión ordinaria de presidentes, dos semanas después, se llene de preguntas y dudas. Galiana avanza lo que será casi un estribillo: que no serán unas Fallas normales. Las «Fallas de mínimos».
El 12 se aprueba y el 18 aparece ya el programa de festejos, que no deja de ser un calco del tradicional, con algún cambio de fecha u horario. Lo más llamativo: que una sesión matinal evita la canícula de primera hora de la tarde. La Exposición del Ninot se traslada a La Base, al convertirse la Ciudad de las Artes y las Ciencias en el vacunódromo.
A partir de ahí, las poblaciones van tomando sus decisiones: unas renuncian a celebrar la fiesta; otras aprueban otra combinación de fechas. Alicante opta por lo primero y se olvida, por segundo año, de sus Hogueras pero, a la vez, y de forma incomprensible, inaugura una exposición del ninot que se llevan Algarra y Gallego en mayores y Sergio Alcañiz en infantiles.
Que no serán Fallas fáciles tiene numerosas demostraciones: se constata que los músicos podrían no desfilar en la Ofrenda. O que ésta no podrá realizarse a base de claveles.
Las Fallas de Septiembre no frenan, ni mucho menos, un proceso en las comisiones: la renovación hasta 2022 de sus falleras mayores. Consuelo, Carla y sus cortes no correrán esa suerte. Y el ayuntamiento decide que la Meditadora será la falla municipal de septiembre y que la de Alejandro Santaeulalia se dejará para 2022. Lo contrario que las comisiones que tuvieron que quemar toda o en parte sus obras.
Los casales consiguen abrir un poco más sus puertas, pero cercenados: al 75 por ciento de capacidad y sin poder comer o beber.
El mes acaba con el remate del campeonato de truc, parchis y dominó, cinco meses después de su forzosa suspensión, y la constatación de otro cabo suelto: qué hacer con las fallas del centro, afectadas por las obras en la Plaza de la Reina. El tiempo y la práctica las trasladará a la plaza de Ayuntamiento.
Junio 2021. «No van a ser normales. Hay que quitárselo de la cabeza»
El mes de junio transcurre bajo dos grandes vertientes.
Por una parte, la tensión en la Mesa de Seguimiento. Tanto por la falta de concreción de la normativa para la fiesta como por el mantenimiento de las restricciones en los casales, que no se levantarán parcialmente hasta los últimos días. Tanto se deteriora la relación con Sanidad que, tras unas primeras críticas de la Interagrupación, la Junta Central Fallera se desboca y anuncia su retirada de la mesa negociadora… pero recula y regresa en menos de 24 horas.
A falta de casales, las comisiones han asumido plenamente el nuevo escenario y llenan el mes de actividades, pero al aire libre. Tradicionales y nuevas.
Y por otra parte, se articulan todos los resortes para la celebración de las Fallas, incluyendo los jurados o las normas de la Ofrenda. Ya se empieza a asumir que va a ser muy difícil mantener el recorrido tradicional y acabando el mes ya se desvela que Paz y San Vicente se cambian por Mar y Caballeros. Y el que más, el que menos, empieza a intuir que serán a puerta cerrada.
También se organiza un proceso «exprés» para elegir falleras mayores y cortes de honor. La gran novedad es la celebración de todas las preselecciones en apenas tres días de un mismo fin de semana.
Carlos Galiana, con este cóctel, insiste en que «hay que quitarse de la cabeza que estas fallas van a ser normales». Y mientras, otros preguntan, sin tener contestación contundente, con qué indumentaria se puede desfilar o no en la Ofrenda.
El taller de Xavier Gámez, más bien un coordinador general, colapsa y deja varias fallas infantiles colgadas de cara a 2021 y 2022. Los vestidores acuerdan con la JCF que sólo habrá un tapiz frontal en la Ofrenda y que lo mejor es que cada uno lleve la flor que pueda. Una visita a Feria València se salda con la idea de que las fallas allí guardadas están en buen estado.
La Gala de la Cultura reconoce a los que pudieron participar en el concurso de teatro y resto de actividades. Es un remedo forzoso del «lliurament de premis». Se piensa en hacer borrón y cuenta, y concurso, nuevo. Las falleras estrenan aquí sus terceros trajes.
Empieza a constatarse que el censo fallero repunta ligeramente. Se ha tocado ya fondo y se empieza a sumar. Es, además, un mes en el que muchas comisiones se lanzan a una campaña de «apuntà».
Pero, a la vez, empieza a confirmarse que algunas comisiones tienen claro ya que no participarán en las Fallas de Septiembre. Pero que ni plantarán las fallas. Como Nador-Miraculosa o Humanista Mariner-Manuel Simó. A la vez, empiezan a llegar vallas a las demarcaciones.
Seis meses después de aprobarse en el pleno municipal se da a conocer que el «maná» a las comisiones, en forma de subvención municipal suplementaria, será del 30 por ciento. A sumar al 30 que ya recibieron. Es casi lo mismo que en 2020.
El último día de junio, la Meditadora reaparece: abandona La Base para iniciar su restauración. El resto de fallas allí almacenadas se marchan a Feria València.
Julio 2021. Tensión por el repunte, pero…
Julio se convierte en el mes de la expectativa y el temor ante el incremento desbocado de la incidencia. Pero el plan confeccionado y que se endurezcan las restricciones dan tranquilidad. Joan Ribó no ve peligrar la fiesta y el presidente de la Interagrupación, Guillermo Serrano cree que «tendría que ocurrir un drama para que no hubiera fallas». No importan, en ese sentido, síntomas como la nueva cancelación de los Sanfermines.
Tanto es así que a mediados de mes se inaugura, como si nada, la Exposición del Ninot en La Base. Gran parte de las figuras son las mismas que en 2020, aunque merece destacar aquellos que presentan productos nuevos. Tanto para aspirar al indulto como para incluir el tema del covid.
Empieza a asumirse que habrá toque de queda que afectará, lógicamente, a la nocturnidad de la fiesta. También se acuerda el 16 de agosto como fecha para empezar a sacar las piezas de fallas.
Consuelo Llobell recibe de manos de la Agrupación Seu-Xerea-Mercat un premio por su actitud fallera y sanitaria a lo largo de su mandato. La idea de llevar a cabo la sucesión en el trono se salda con una cierta sensación de fracaso: se presentará la mitad de las candidatas de un año normal. Hay preselecciones que ni se celebran y muchas en las que apenas hay candidatas.
Ciudadanos pone el foco en un pebetero «Tornarem» que se deteriora cada día y la Merced ya piensa en las Fallas de 2022 con la presentación del logo de su 150 aniversario.
Agosto 2021… I tornarem
Otras dos fechas históricas para la fiesta. Pero antes, los preparativos: el mes, como julio, pasa con el temor razonable de ver que la incidencia es altísima, impensable cuando se plantearon las Fallas de Septiembre. Pero todos los mensajes son de esperar acontecimientos. Mientras, se fallas los mejores ninots de sección en la Exposición. Trasciende el calendario pirotécnico (grandes explanadas repartidas por la ciudad) y el calendario de preselecciones. También llegan las primeras luces.
Mientras, la Meditadora exhibe ante las cámaras de Levante-EMV su nueva y restaurada cara. Piezas de fallas van llegando a los casales, pensando que sí, que va a haber fiesta. Además, la incidencia va bajando. Muy lejos de lo deseable, pero va bajando.
Y finalmente, el 17 de agosto Sanidad da el visto bueno a la propuesta de programa de actos falleros que acompañen socialmente a la salida de los monumentos a la calle. Actos con medidas de seguridad y promesas de cumplimiento.
El 19 de agosto, a las ocho de la mañana, la falla San José de Pignatelli-Dr. Peset Aleixandre es la primera que sale a la calle después de 523 días de silencio. En los siguientes días empieza la «plantà» más sorprendente de la historia. Y la más histórica seguramente, también.
Como guiño del destino, aunque con poca gracia, porque algunas fallas se cayeron o deterioraron, una inmensa Dana despide agosto. Empezaba una nueva vida con las Fallas de Septiembre