Británicos, alemanes, italianos y franceses, pero también polacos, checos y estadounidenses. Este septiembre van a aterrizar en los aeropuertos españoles más de 11,8 millones de turistas extranjeros, lo que supone un aumento del 10,9% respecto al mismo mes de 2023. Estas son las previsiones, al menos, del organismo público Turespaña, a partir del número total de asientos reservados en vuelos internacionales con destino a España.
La entidad, dependiente del Ministerio de Industria y Turismo, destaca el buen comportamiento del Reino Unido, con 2.691.359 ciudadanos que el mes que viene vendrán a pasar unos días aquí, lo que supone un 7,9% más que hace un año; de Alemania, país del que saldrán 1.687.268 turistas (un aumento del 8,3%) hacia España; de Italia, que crece un 14,7% respecto a septiembre de 2023, con 1.121.478 viajeros, y de Francia, desde donde un total de 889.853 personas viajarán a algún destino español, un 6,5% más.
También hace énfasis Turespaña en «las intensas subidas de Polonia, que crece un 46,1%, y la República Checa, que lo hace un 36,4%». Esto se traduce, en números absolutos, en que 269.579 polacos y 111.756 checos volarán a alguno de los aeropuertos españoles a partir de este domingo y en los siguientes 30 días.
Estados Unidos, con un crecimiento del 10,2%, y Austria, con un 12,4%, destacan asimismo entre los países emisores. Y a ellos se suman dos nórdicos: Finlandia (10,6%) y Suecia (8%). Son mercados, todos ellos, muy interesantes para el sector turístico español, por el alto poder adquisitivo de los visitantes procedentes de estos lugares. Desde América Latina, México y Colombia son los dos países donde más gente tiene intención de visitar España.
Alargar la temporada
En un verano que, a la espera de los datos definitivos de agosto, va camino de ser otro verano de récord para el sector turístico español, que la previsión para el mes de septiembre vuelva a ser de crecimiento viene a corroborar aún más los buenos augurios. Es también un indicador que confirma la tendencia hacia la desestacionalización de la temporada de vacaciones, que ya no se limita a julio y agosto, sino que cada vez se alarga más.
¿Qué explica este cambio de hábitos de los viajeros? Pues por las olas de calor que está trayendo el cambio climático, por la expansión del teletrabajo en muchas empresas y por el aumento (sobre todo en Europa) del número de hogares formados por adultos sin hijos. «Los flujos de viajeros se están redistribuyendo a lo largo de enero a diciembre y esto no es ya un fenómeno puntual. Desde la pandemia, se está viviendo un claro cambio de tendencia en este sentido», afirmaba recientemente a este diario David César Heymann, economista de CaixaBank Research y autor del informe ‘El impacto del cambio climático en el turismo en España’.
Algunas regiones de España lo están notando desde hace ya un tiempo. En Girona, por ejemplo, un destino que ha registrado un importante aumento de turistas estadounidenses y de Europa central, aficionados al cicloturismo, lleva ya unos años manteniendo las plazas hoteleras abiertas hasta en noviembre, «porque se ha comprobado que tanto en septiembre como en octubre sigue habiendo una alta demanda», indican fuentes de la Unió d’Hostaleria i Turisme Costa Brava Centre.