AGOSTO se termina, como estaba previsto. Es algo que uno no tiene muy claro los primeros dos o tres días del mes, cuando el mundo es nuevo y el agua de los sueños es azul. Agosto siempre tuvo algo de invento improbable, de mes fuera de la realidad, sobre todo por ese gozo que nos proporciona la destrucción de los horarios, quizás uno de los mayores síntomas de libertad.

Fuente