Este jueves parte de la península ibérica va a vivir una situación meteorológica muy adversa. En las últimas horas ha ido aproximándose desde el Atlántico una pequeña vaguada que apenas se percibe en los mapas, sólo achinando los ojos mientras te acercas a la pantalla, y haces gala de una ausencia total de daltonismo. En estas fechas, una pequeña entrada de aire frío en las capas medias y altas de la troposfera puede disparar nubes colosales. Estamos ante una de esas ocasiones.
Hay soluciones para mejorar la vista de estas ondas, existen las isolíneas, que son líneas generalmente curvas pintadas en un mapa que unen los puntos con los mismos valores. Así, negro sobre blanco, se aprecia un núcleo de aire frío que este mediodía estará en torno a la zona de Galicia, aunque desde ahí se estira otro secundario más hacia el sur. Al este de la vaguada en cuestión se dispondrán las tormentas más potentes, correspondiendo esto al interior peninsular y especialmente a tierras aragonesas.
En los prolegómenos del otoño se empieza a hablar de las lluvias torrenciales mediterráneas. Siempre se ha utilizado la brocha gorda, pero ahora, con los conocimientos que hemos ido adquiriendo y las muchas herramientas que nos brinda la ciencia y tecnología, podemos sacar el pincel y contornear con detalle estos eventos. Por eso, ahora sabemos que ese tipo de diluvios que aprovechan la energía del Mediterráneo pueden ir mucho más allá de la costa. Las masas de aire cálidas y húmedas se lanzan en ‘paquetes’ que remontan montañas y valles hasta encontrar las condiciones necesarias para cristalizar en cumulonimbos.
Las tormentas adversas que ya están creciendo en el interior peninsular tienen un pedacito del Mare Nostrum. Toda esa energía acumulada en el mar Balear y en Alborán se está canalizando por la depresión del Ebro y más allá de Málaga y Córdoba, en el primer caso camino del Ibérico noroccidental y en el segundo de la meseta. Con el transcurso de los kilómetros se está encontrando, y durante este mediodía aún lo hará más, con las condiciones necesarias para progresar verticalmente por la troposfera y condensarse. Este proceso acabará con nubarrones quizá de 15 kilómetros de altura que descargarán decenas de litros en cuestión de minutos y granizo.
Entonces, podríamos decir que lo que se prevén son lluvias de cariz mediterráneo que no afectarán a la costa de ese mar, de hecho es una de las pocas zonas libres de avisos. Aunque esto mismo pasará en el resto de litorales e islas, a excepción del Cantábrico oriental. En cualquier caso, este episodio no acaba aquí, el aire frío se moverá y las lluvias salpicarán a otras zonas. Tanto es así, que la AEMET va a habilitar un sistema de alimentación eléctrica para el radar de precipitaciones de Valencia que lleva meses chamuscado por un rayo. La administración no ha debido tener tiempo de arreglarlo… pero bueno, al menos hemos ganado un nuevo índice para medir la adversidad de las lluvias: la del precio de alquiler de generadores eléctricos en Cullera.