El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha reiterado este jueves sus «disculpas» a los viajeros de tren por la cascada de incidencias acumuladas durante este verano en los trenes y la infraestructura ferroviaria. Durante una comparecencia ante la comisión del ramo del Congreso, el titular de Transportes ha alegado que entre las causas de la situación que atraviesa el sistema ferroviario este verano está el envejecimiento del parque.

De hecho, ha reconocido que la disponibilidad media de la empresa pública es de un 80%. Es decir, que dos de cada diez trenes están parados por avería o labores de mantenimiento. Puente ha reconocido que «parte de la flota ha alcanzado el fin de su vía útil, de 30 o 40 años». Y eso -ha abundado- «genera problemas en un contexto de crecimiento de dos dígitos de pasajeros», fomentado por los abonos gratuitos del Gobierno para los servicios de Cercanías y Media distancia.

En este sentido, ha argumentado que los trenes «necesitan un mantenimiento cada vez mayor y más extenso» cuanta más edad tiene el material rodante.

Fuentes de Renfe consultadas por El Independiente confirman que lo expuesto por Puente significa que un 20% de los trenes de su flota «no presta servicio provisionalmente, puesto que se encuentra sin circulación por labores de mantenimiento y reparación, revisión o se halla estacionado por motivos de gestión de la operación».

Mayor compra de la historia de Renfe

Frente a ello, el ministro ha defendido que la obsolescencia de parte del material rodante está «en proceso de resolución». En este sentido, ha remarcado que el Gobierno ha puesto en marcha la mayor compra de trenes de la historia de la compañía pública que preside Raül Blanco. Puente ha insistido en sus críticas al Partido Popular por la falta de inversión durante la última década. Desde 2008 -ha recordado- no entraba un tren de Cercanías en la compañía pública y desde 2010 no se compraba uno de alta velocidad.

Como ya explicó la semana pasada en el Senado, se han comprado trenes alpinos para renovar los de la línea Madrid-Cercedilla; 32 trenes de ancho métrico para los servicios de vía estrecha (antigua FEVE). Además, se ha puesto en marcha la compra de 309 trenes para Cercanías, de los cuales algunos están saliendo ya de talleres e irán destinados a distintos territorios como Madrid, Cataluña, Murcia, Asturias, País Vasco o Cantabria. También hay opciones de compra de otros 60 trenes previstas en los contratos con los tres fabricantes (Alstom, CAF, Stadler).

También ha licitado la compra de 60 trenes regionales con opción posible de 25 más. Además, a finales de este año está previsto la entrada en servicio de seis trenes reformados de la serie S-490 (antiguos Alaris), para la zona de Zaragoza y Logroño. «Ahora mismo estamos prestando estos servicios con trenes Civia de Cercanías», se ha lamentado Puente durante su comparecencia.

Además, Renfe también ha encargado a Talgo la reforma integral de material antiguo para ensamblar 13 trenes que conformarán la nueva serie 107, con sus correspondientes 26 cabezas motrices. En total, los pedidos suman 412 trenes nuevos con la opción de adquirir 60 nuevos más. La previsión, ha dicho Puente, es incorporar todo este material entre 2024 y 2028, «a razón de dos trenes nuevos a la semana».

Respecto a los trenes de la serie 106, que Talgo ha empezado a entregar con dos años de retraso, Puente ha dicho que la compañía vasca ha reaccionado ante las múltiples averías que han registrado desde su entrada en servicio en mayo. En este sentido, ha recordado que Renfe está evaluando la posible indemnización que reclamará al fabricante. De los 22 trenes S106 basados en el modelo Avril, actualmente están circulando 21 después de que se hayan reparado nueve que estaban fuera de servicio por distintas averías.

Además, Puente, ha detallado que de los fallos técnicos registrados en las últimas semanas con esa serie, dos tercios se produjeron aquellos que tienen rodadura desplazable, la tecnología propia del fabricante vasco por la que el Gobierno la ve como una empresa estratégica en la que ha basado parcialmente su veto a la Oferta Pública de Adquisición (OPA) por parte del grupo húngaro Magyar Vagon.

Fuente