“No podemos seguir tal cual (…) Hemos aumentado las expulsiones de migrantes irregulares. Pero siguen siendo insuficientes“, afirmó este miércoles el canciller Olaf Scholz. El atentado terrorista del pasado viernes en Solingen, con tres muertos a cuchilladas y ocho heridos, no hubiera ocurrido «si se hubiera ejecutado la expulsión como estaba previsto“, añadió el dirigente alemán, para agradecer a continuación al líder de la oposición conservadora, Friedrich Merz, su propuesta de «trabajar juntos“.
La atención en Alemania tras el atentado de Solingen, reivindicado por Estado Islámico (EI), estaba centrada este miércoles en la reunión mantenida el día anterior entre Scholz y Merz. A juicio del líder de la oposición, hay que reducir sustancialmente la migración irregular, cerrar a cal y canto la llegada a nuevos refugiados de Siria y Afganistán y forzar a los socios de la UE a cumplir los Acuerdos de Dublin. Es decir, devolver a todo solicitante al país por el que ingresó en territorio comunitario (Bulgaria en el caso del sirio de 26 años que perpetró la matanza de Solingen). Alemania, sin fronteras exteriores de la UE, recibió en 2023 a 266.000 migrantes irregulares, mientras que el número de refugiados llegados desde 2015 y que siguen en el país está en un millón y medio.
Scholz incidió ya el martes, en declaraciones a la televisión pública, en las dificultades que entraña pretender el cumplimiento de Dublin. Y también que Alemania seguirá garantizando el derecho individual al asilo, de acuerdo a la Convención de Ginebra, la Constitución alemana y las regulaciones europeas. Rechazar a nuevos solicitantes no es jurídicamente viable. La búsqueda de soluciones no puede implicar «un cuestionamiento de las leyes o acuerdos internacionales“, aseguró Scholz.
El canciller anunció que su Gobierno se reunirá «en muy corto tiempo“ con representantes del bloque conservador y de los poderes regionales. No aludió a la invitación de Merz de llevar al Parlamento medidas impulsadas entre socialdemócratas y conservadores, prescindiendo de sus socios verdes y liberales. Pero empleó siempre la palabra «Gobierno», lo que implica a su tripartito.
Un 60% de deportaciones planificadas fracasan
Teóricamente unos hay unos 300.000 solicitantes rechazados que deberían abandonar Alemania. En su gran mayoría seguirán ahí en régimen de «tolerados“, mientras que la cifra de los que sí deben ser deportados es de unos 56.000. En los primeros seis meses del año se expulsó a 9.500 personas. Un 60% de las operaciones planificadas fracasaron por problemas burocráticos, cambio de planes del vuelo previsto, enfermedad del afectado o, como en el caso del sirio de Solingen, porque no los encontraron en casa.
El impacto causado por el atentado planea sobre las elecciones regionales del próximo domingo en Turingia y Sajonia, ambos en el este del país. Desde hace meses se pronosticaba que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) sería la primera fuerza al menos en Turingia. No se han difundido nuevos sondeos representativos tras el atentado de Solingen. Pero el propio Merz recordó el precedente del atentado a cuchilladas cometido por un afgano en Mannheim, en que murió un policía, una semana antes de las europeas. El bloque conservador de Merz quedó en primera posición, como se preveía. Los ultras quedaron segundos, también de acuerdo a lo previsto, pero con dos puntos más de lo pronosticado.