Los Estados miembros son quienes proponen a sus respectivos candidatos a comisarios y la presidenta de la Comisión Europea —Ursula von der Leyen en este caso– quien decide si acepta los nombres propuestos. Pero es el Parlamento Europeo quien determina, tras una serie de audiencias con cuestionario por escritointerrogatorio oral y revisión de las declaraciones de interés de los nominados, si son adecuados o no para el cargo en un procedimiento exhaustivo cuyo resultado no está garantizado de antemano, y que en el pasado ha generado más de un quebradero de cabeza y muchas tensiones.

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