Después de las inundaciones catastróficas de Río Grande en mayo, con enormes pérdidas económicas, el agua da paso al fuego en Brasil en otro capítulo de la amenaza climática que se acelera en el gigante sudamericano. Las regiones de Mato Grosso, Rondonia y San Pablo son escenarios de incendios voraces. Las zonas rurales de la zona económica y demográfica más importante de ese país se cubrieron de humo en apenas 90 minutos, toda una medida del impacto que todavía tiene azorados a sus habitantes. Se ha informado sobre al menos dos muertos.

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