Nuevo capítulo de una de las grandes polémicas del verano en el mundo del corazón. Kiko Jiménez ha aprovechado el parón vacacional para pasar unos días en familia celebrando por todo lo alto una boda, aunque no la suya. El superviviente se ha llevado consigo a su novia Sofía a Andalucía para escapar de la tormenta mediática en la que se ha visto envuelto tras las graves acusaciones de Maite Galdeano.
Con la celebración de las bodas de oro de sus abuelos pasada, la pareja aprovechó para pasar unos días de desconexión, aunque poco les ha durado esta pequeña luna de miel improvisada. La pareja ha vuelto a Madrid, ignorando toda polémica y con vistas a la entrevista que Maite Galdeno ofrecerá en los próximos días como respuesta a las palabras de Sofía Suescun.
Jiménez ha aprovechado para hacer un romántico post de Instagram junto a un precioso mensaje que podría mandar alguna pista de lo que está por venir, ya que el colaborador televisivo añadió un emoticono de una iglesia que podría indicar planes a futuro de una boda: «Días que cuentan, importancia a lo que verdaderamente la tiene».
Por su parte, Sofía ha compartido una historia de Instagram recién salida de una ducha en pareja y manteniendo el cuidado de la piel: «Ya en casita después de unos días vitamina». Por el momento, la influencer no ha querido decir nada más de la situación por la que está pasando a través de sus redes sociales. Sus últimas publicaciones se han centrado en torno a la paz mental y la necesidad que tenía de alejarse de su madre para encontrarse a sí misma.
Y es que recordemos que en cuanto Maite Galdeano salió a hablar de Kiko Jiménez, la superviviente emitió un comunicado defendiendo a su novio y confesando la difícil situación por la que ha pasado los últimos años.
Sofía tuvo un ataque de ansiedad
La versión de Maite Galdeano promete diferir bastante de la que dio Sofía Suescun el pasado viernes, quien afirmó que su madre sufre unos “celos súper tóxicos” de todas las parejas que la joven ha tenido porque pretende que sea “una extensión de ella”.
La gota colmó el vaso cuando, según Sofía, su madre trató de destruir la pareja a base de mensajes cuando ella concursaba en Supervivientes. A su vuelta, Sofía le pidió “espacio” y la echó de casa, llegando a pedir una orden de alejamiento contra su madre cuando intentó colarse saltando la valla de la casa. Desde su traslado a Murcia, Maite Galdeano ha tratado de solucionar las cosas, a su manera. Comenzó pidiendo perdón, para luego asegurar que su “verdad” se sabría. La salud mental de ambas ha estado en boca de todos, pero a pesar de la gravedad del asunto, continúan su enfrentamiento ante las cámaras de televisión.
»Sofía se va a arrepentir de tomar esta decisión y de dar esta entrevista durante toda su vida. Mi hija, la Sofi, está instruida por una rata. No es ella. No la reconozco. Sofía miente en todo, está robotizada por el ser», aseguraba Maite el pasado fin de semana.