Zhanna Nemtsova es una de las personas que más sabe sobre el ciudadano hispano-ruso Pablo González o Pavel Rubtsov. Es la hija del disidente ruso Boris Nemtsov, asesinado en febrero de 2015 cerca del Kremlin. Por primera vez ha roto su silencio abiertamente para informar que informó sobre las actividades de Pablo González al ver que se había convertido en «víctima de espionaje».
Entonces Pablo González estaba en la cárcel en Polonia, con cargos de espionaje. Los servicios del Interior (ABW) polacos, alertados por la Inteligencia ucraniana que le habían detenido el 6 de febrero, le arrestaron cerca de la frontera ucraniana en compañía de una periodista polaca con la que mantenía una relación sentimental. En España ha sido su esposa, Oihana Goiriena, madre de sus tres hijos, quien ha abanderado la campaña por su liberación.
Llegó a cumplir dos años y cinco meses en prisión provisional. La Fiscalía acaba de presentar la acusación contra él, aunque González/Rubtsov está en Moscú desde que fue objeto del mayor canje de agentes y opositores entre Rusia y Occidente el 1 de agosto.
Agentsvo, una publicación crítica con el Kremlin, publicó en mayo de 2023 de una fuente de la Fundación Nemtsov que no identificaba, que había información que constaba que Pablo González no era en realidad un periodista español de origen ruso, sino un espía que seguía de cerca a la oposición al Kremlin. Esa fuente era Zhanna Nemtsova, como ella misma señala en una cadena de tuits.
«Fui la primera en informar sobre Pablo González/Pavel Rubtsov para la publicación Agentstvo en mayo de 2023, después de que logré revisar los materiales del caso (…) Fue una decisión difícil para mí, pero consideré que era importante contarlo para advertir a los demás. Fue difícil porque me había convertido en víctima de espionaje, algo que es incómodo de admitir.
Contrario a mis expectativas, no hubo ninguna reacción seria», escribe Nemtsova.
La hija de Boris Nemtsov había conocido a Pablo González en 2016 en Bruselas. Primero entrevistó a Zhanna Nemtsova, a quien se acercó gracias a sus conocimientos de ruso. Logró ganarse su confianza y empezaron a invitarle a eventos de la Fundación. Incluso participó en seminarios que organizaban para jóvenes periodistas. Público, medio en el que colaboraba González, llegó a reconocer que hubo una relación sentimental entre ellos que acabó abruptamente. Insinuaban que Nemtsova se habría vengado por despecho.
Sin embargo, Nemtsova, una figura acreditada de la disidencia, no es la única que asegura que ha visto pruebas que incriminan a González. También lo ha hecho Ilia Yashin, uno de los opositores rusos que fueron objeto del canje como el propio González, quien reconoció que supo que había sido otro de los espiados por el ciudadano hispano-ruso. Coincidieron en Madrid en un foro organizado por el ECFR y González le ofreció ir juntos a un partido de fútbol y a comprar una chaqueta. De todo daba cuenta en sus informes.
En sus tuits, Nemtsova se queja de que Amnistía Internacional y Reporteros sin Fronteras siguieran su campaña de defensa «del supuesto periodista».