El ministro de transportes Óscar Puente, por pura obcecación ideológica, arremetió contra el nuevo Presidente de Argentina, Javier Milei. Abriendo la caja de Pandora que salvo excepciones, se mantenía cerrada.
Naturalmente, el Presidente argentino respondió al Gobierno español de la misma manera. Pedro Sánchez en represalia, retiró a la Embajadora española en Buenos Aires. Afortunadamente parece que el sentido común ha vuelto y ambos países han retomado canales de diálogo pese a la crisis diplomática. Desde mayo del 2012, a tenor de la expropiación por el Gobierno argentino del 51% de las acciones que poseía Repsol de los yacimientos petrolíferos YPF, no se había producido ninguna incidencia de importancia entre los dos países.
Empero, no voy a ahondar en los problemas que se han generado entre los dos países hermanos, producidos por una política exterior errónea de nuestro país tomada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Me voy a referir a lo que suponen para Argentina las políticas de Javier Milei para impulsar la economía de aquel país Iberoamericano.
Por el pronto, la producción de petróleo en Argentina está a punto de tocar niveles no vistos en casi tres décadas. Las expectativas que está generando la liberalización del sector, tras la aprobación de la ley ‘ Omnibus’ impulsada por el Gobierno de Javier Milei, está generando los incentivos adecuados para que las petroleras inviertan en infraestructuras para producir más crudo, hoy y en el futuro.
En mi caso como economista, no trato de justificar el discurso político de Javier Milei, en ocasiones radical y populista. Solo me voy a referir a las políticas que está aplicando; liberalizando la economía, que parece ser que está dando buenos resultados, impulsando la industria del petróleo y del gas, pilares fundamentales en la economía de aquel país; que empieza a crecer después de muchos años de baja actividad. La administración del Presidente Milei, está logrando avances importantes en materia económica. Hecho notorio es, como el déficit público prácticamente ha desaparecido, la inflación está reduciendo el ritmo de crecimiento, además, han aumentado las reservas internacionales.
El FMI, ha elegido las políticas liberalizadoras que está aplicando la administración de Milei. El S&P Global Ratings ha elevado la nota de su deuda soberana en moneda local y su calificación crediticia soberana en moneda extranjera de largo plazo para Argentina.
Hay que remitirse a principios del 2002 para encontrar un mes en el que Argentina produjera más de 800.000 barriles de crudo por día de petróleo liviano y medio. Dependiendo del mercado y la fluctuación del precio, los clientes demandan uno u otro. La apertura del sector del petróleo, ofrece a la inversión extranjera un marco político estable que está llevando a las empresas a invertir grandes cantidades de dinero, lo que va a incidir en un aumento de la producción, tanto de crudo como de gas presente y futura .
Las previsiones de producción de petróleo son muy optimistas; se prevé que para el 2025 Argentina podría producir más de 900.000 barriles diarios. En Vaca Muerta, el mayor yacimiento, la producción ha aumentado 30.000 barriles diarios en lo que va de año. Se prevé para el 2024 un crecimiento de 50.000 barriles al día, explican desde la Agencia Internacional de la Energía; mientras el Fracking continua creciendo a buen ritmo, liderado por Vista Energy y la estatal YPF.
El proyecto de ley también introduce un régimen especial para mejorar las condiciones fiscales y garantizar la estabilidad de las grandes inversiones; se espera que a tenor de la mejora de la fiscalidad, se generen mayores oportunidades de intercambios comerciales. Todo lo antedicho, hace suponer que las nuevas políticas impulsen la economía del país Iberoamericano como no ocurría desde hace décadas.
Para concluir: los populismos de izquierdas de las ultimas décadas y la corrupción, han llevado al país andino a la quiebra. Espero que las políticas liberalizadoras del Presidente Milei, los ajustes en el gasto público, así como el control de la corrupción, mejoren la situación de la economía real de la población, que a la postre es lo que realmente importa. Esperemos que así sea.
Agustín Hidalgo. Economista .