Tras una vertiginosa carrera de un minuto y cuarenta y cinco segundos en lo que fue el primer encierro de San Sebastián de los Reyes y una segunda carrera nocturna de alta tensión, llega el segundo encierro. Este martes 27, tiene lugar, de nuevo, el cara a cara entre corredores y toros, esta vez provenientes de la ganadería de Voltalegre.

Los encierros forman parte del programa de la festividad de San Sebastián de los Reyes. Una fiesta que se lleva a cabo en honor al Santísimo Cristo de los Remedios y que tienen una duración desde el pasado domingo 25 de agosto, hasta el próximo 1 de septiembre.

Aunque estos encierros suponen la parte central del programa por ser los segundos más importantes de España, no es la única actividad que se lleva a cabo en el municipio madrileño durante el festejo.

Este año se prevén alrededor de 2.000 corredores. Todas las mañanas durante estos días, desde las 11:00 horas, se celebran estos tradicionales encierros. El recorrido es de 820 metros y se divide en diferentes tramos con diferente dificultad cada uno de ellos.

Recorrido de los encierros de San Sebastián de los Reyes

El encierro comienza en los corrales de Suelta. Desde ahí, salen los todos en dirección a la Plaza. Atraviesan un total de nueve tramos: el primero abarca desde Leopoldo Gimeno hasta Real Vieja, donde la manada comienza a trotar y donde se coge la velocidad progresivamente. Aquí, el público espera con ansia, aunque en esta parte no suele haber muchos corredores.

El segundo tramo va desde Real Vieja hasta la Curva de Postas. En esta parte del recorrido, ya hay un aumento de la velocidad. Es el tramo ideal para corredores que no tengan las condiciones físicas tan óptimas como los que corren en partes más implicadas.

En el tercer y cuarto tramo, se llega a la curva de la calle Real. Esta curva está frecuentada por corredores locales. El ritmo de la carrera aquí ya es muy vertiginoso, por lo que es más peligroso y puede pasar que un toro se desvíe de la trayectoria. Debe estar frecuentado por corredores más profesionales.

La recta final son el sexto y séptimo tramo, donde se recorren las calles Real y Estafeta, los más concurridos. Se caracteriza por ser una larga recta donde los toros corren a gran velocidad pero se templan, y esto permite a los corredores disfrutar de una carrera más prolongada y llena de adrenalina. Es también, donde más golpes y caídas se registran.

El final se hace en la Plaza, donde los toros cruzan una pendiente descendente peligrosa hasta que entran en la tierra.

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