La República Islámica de Mauritania es a la vez un país enorme y pequeño. Tiene una gran extensión, de más de un millón de kilómetros cuadrados, el doble que España. Pero muy poca población: 4,6 millones de habitantes, menos que la Comunidad Valenciana. Está dominado por la crudeza del desierto del Sáhara: en el norte, en la frontera con Marruecos y Argelia, hay dunas vivas, que se mueven y no permiten la vegetación, y la zona es seca y muy despoblada; en el sur, donde colinda con Senegal y Malí, hay ya dunas fijas, con algo de lluvia y hierba en el valle del río Senegal; pasto para el ganado. La mejor área son las mesetas del centro, con lluvias relativamente abundantes. 

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