Las personas con esclerosis múltiple (EM), unas 55.000 en España, tienen «muchas menos probabilidades» de presentar las características moleculares de la enfermedad de Alzheimer que aquellas que no padecen la dolencia neurológica, según una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos). El descubrimiento, publicado en ‘Annals of Neurology’, abre una vía de investigación para encontrar nuevos tratamientos dicen los autores del trabajo.
«Si pudiéramos identificar qué aspecto es protector y aplicarlo de manera controlada, eso podría informar sobre estrategias terapéuticas para la enfermedad de Alzheimer» señala Matthew Brier, profesor asistente de Neurología y Radiología y primer autor del estudio, en unas declaraciones que recoge Europa Press.
«El descubrimiento sugiere una nueva vía de investigación a través de la cual buscar tratamientos para el alzhéimer. Nuestros hallazgos implican que algún componente de la biología de la esclerosis múltiple, o la genética de los pacientes con EM, es protector contra la enfermedad», ha abundado el neurólogo.
La sospecha
La investigación surgió a partir de una sospecha que la mentora y colaboradora de Brier, la doctora Anne Cross, que trabajó durante décadas en el tratamiento de pacientes con EM, una enfermedad inmunomediada que ataca el sistema nervioso central. Aunque sus pacientes vivían lo suficiente como para correr el riesgo de padecer alzhéimer o tenían antecedentes familiares de la enfermedad neurodegenerativa, no la estaban desarrollando.
«Me di cuenta de que no podía encontrar ni a un solo paciente mío con EM que tuviera la enfermedad de Alzheimer típica», señala Cross, presidente de Neuroinmunología del Centro de EM Manny y Rosalyn Rosenthal y Dr. John Trotter. «Si tenían problemas cognitivos, los enviaba a los especialistas en memoria y envejecimiento aquí en WashU Medicine (Facultad de Medicina de la Universidad de Washington) para una evaluación y esos médicos siempre regresaban y me decían: ‘No, esto no se debe a la enfermedad de Alzheimer'», añade.
Análisis de sangre
El deterioro cognitivo causado por la esclerosis múltiple puede confundirse con síntomas de la enfermedad de Alzheimer que, a su vez, puede confirmarse con análisis de sangre y otras pruebas biológicas, precisan los autores de la investigación. Por eso, para confirmar la observación de la doctora Cross, el equipo de investigación utilizó un nuevo análisis de sangre aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) que fue desarrollado por investigadores de la WashU Medicine.
Conocido como PrecivityAD2, el análisis de sangre «es muy eficaz» para predecir la presencia de placas amiloides en el cerebro. Las placas son un indicador de la enfermedad de Alzheimer y anteriormente solo podían verificarse con escáneres cerebrales o punciones lumbares, detallan.
100 pacientes reclutados
Los investigadores reclutaron a 100 pacientes con EM para que se hicieran el análisis de sangre. Del total, once personas también se sometieron a exploraciones PET (tomografía de emisión de positrones, una técnica diagnóstica no invasiva que permite tomar imágenes del organismo del paciente que muestran la actividad y el metabolismo de los órganos del cuerpo) en el Instituto Mallinckrodt de Radiología de la Universidad de Medicina de Washington.
Sus resultados se compararon con los de un grupo de control de 300 personas que no tenían EM, pero que eran similares a las que sí la tenían en cuanto a edad, riesgo genético de Alzheimer y deterioro cognitivo. «Descubrimos que un 50 % menos de pacientes con EM tenían patología amiloide en comparación con sus pares emparejados, según este análisis de sangre», apunta Brier. Este hallazgo respaldó la observación de Cross de que el alzhéimer parecía tener menos probabilidades de desarrollarse entre aquellos con esclerosis múltiple.
Deterioro cognitivo
Los autores del trabajo precisan que no está claro cómo se relaciona la acumulación de amiloide con el deterioro cognitivo típico del alzhéimer, pero generalmente se entiende que la acumulación de placas es el primer evento en la cascada biológica que conduce a ese deterioro cognitivo.
Las investigaciones sugieren que hay algo en la naturaleza de la esclerosis múltiple en sí que protege contra la enfermedad de Alzheimer
También descubrieron que, cuanto «más típica» era la historia de EM del paciente -en términos de edad de aparición, gravedad y progresión general-, menos probabilidades había de que se acumularan placas amiloideas en su cerebro en comparación con aquellos con «presentaciones atípicas» de EM. Lo que sugiere, y los investigadores planean estudiarlo, que hay algo en la naturaleza de la esclerosis múltiple en sí que protege contra la enfermedad de Alzheimer.
Los pacientes con EM suelen sufrir múltiples brotes de la enfermedad a lo largo de su vida. Durante estos brotes, el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso central, incluido el cerebro. Es posible que esta actividad inmunitaria también reduzca las placas amiloides, remarcaron los autores del trabajo. «Quizás cuando se estaba desarrollando la patología amiloide de la enfermedad de Alzheimer, los pacientes con EM tenían cierto grado de inflamación en sus cerebros que era estimulada por sus respuestas inmunológicas», ha afirmado el profesor Matthew Brier.