Una bebé recién nacida fue abandonada en una bolsa blanca de la compra en 1982 en los bungalows de Famara, en el municipio de Teguise. Se trata de Pilar Díaz Martínez, que 42 años después ha regresado a Lanzarote para saber quiénes son sus padres biológicos.
Un hombre que se encontraba en ese momento en la citada urbanización, Francisco Armas Curbelo, donde tiene casa desde hace varios años el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero y el modelo internacional y actor Jon Kortajarena, encontró a la niña, horas después de nacer, entre las viviendas 127 y 128 y dio aviso a la Guardia Civil. A Francisco no le tocaba trabajar ese día, «pero por cualquier motivo se encontraba allí», señala Pilar. «Cuando vio la bolsa y lo que había dentro se puso nervioso, llamó al cuartel de la Guardia Civil, a la recepción de los apartamentos y me llevaron corriendo a Valterra».
Trasladaron a Pilar a la Casa del Mar en Valterra (en ese entonces no se había construido el Hospital General de Lanzarote), Arrecife, tras haber sido hallada en el suelo en los bungalows en Famara y le hicieron un reconocimiento médico. «Estaba bien de salud«, rememora Pilar.
Un guardia civil que se encontraba en aquel momento destinado en Lanzarote, se hizo cargo de Pilar. Él y su mujer se convirtieron en sus padres adoptivos, ambos ya fallecidos.
En busca de pistas en Lanzarote
Tras enterarse de que era adoptada, Pilar viajó a Lanzarote por primera vez con 27 años para tratar de buscar a su familia biológica, pero no dio con ellos. Ahora, con 42, tampoco lo ha logrado, pero continúa con la búsqueda. «Mis padres adoptivos sabían lo que había y que yo iba a coger un avión y ‘plantarme’ en Lanzarote, como hice», afirma. Recuerda que su padre «estaba ya muy mal y le pidió a mis primos que me contaran lo que había pasado. Eso fue cuando tenía 27 años».
«Con 27 me vine a Lanzarote un poco a lo loco desde la Península [donde residía entonces y continúa viviendo ahora] y tuve suerte, ya que encontré gente que conocía un poco mi historia. Me explicaron detalles, fui a buscar a personas que trabajaban en la zona [en Famara], pero no obtuve muchas pistas. Encontré historias parecidas a lo que me habían contado, de cómo me encontraron, pero nada más». Pilar reside en la Península desde los cuatro años.
El tiempo fue pasando y, por diversas circunstancias que le impidieron viajar antes de nuevo a Lanzarote, este agosto pudo volver a la Isla. Pilar continúa manteniendo muy buena relación con Francisco Armas Curbelo y su familia, a los que ha visitado en varias ocasiones. «Son muy amables y acogedores conmigo. Me tratan con si fuera de su familia. No puedo decir nada malo de ellos».
Cualquier persona que tenga algún dato relacionado con el caso, lo puede comunicar a través de la cuenta de Instagram de Pilar.