Romina Vives, Delia Santana y Jennifer Artiles ponen sobre el escenario sus voces y sus cuerpos -además de su capacidad de crear historias y personajes sobre la marcha- este jueves 29 de agosto en La Barbería para dejarse llevar por la magia de la improvisación arrastrando al público a la carcajada con su energía. «No sabemos que va a pasar», asegura Vives explicando que no hay nada apalabrado más allá del sitio y la hora. Así es la dinámica de los jueves de improvisación en este local ubicado en el barrio de Vegueta de la capital grancanaria, donde se dan cita cada semana diferentes actores, actrices y humoristas para hacer pasar un buen rato a los y las asistentes.
Estos tres nombres que se juntan en La Barbería, también se han puesto manos a la obra para crear Se ha improvisado un crimen, un espectáculo que combina teatro e impro y al que se podrá asistir el sábado 28 de septiembre en el Teatro Guiniguada (las entradas ya están disponibles). «Ojalá se llene, sería la ilusión de mi vida, sería un regalo», apunta Vives, que apura un café con la esperanza en el cuerpo y la decisión de alguien que tiene claro el camino que quiere recorrer.
De una disciplina a otra
La actriz canaria, que se formó en Valencia, descubrió la improvisación hace alrededor de 12 años, cuando el improvisador madrileño Miguel Rabaneda visitó la Isla. Ella que siempre había sido de teatro -«además soy cuadriculada, vengo de un colegio alemán, enseñanza alemana, y sigo siéndolo un poco», confiesa»- se quedó fascinada por la complejidad de esta disciplina. «Pero, ¿qué es tan difícil?», se preguntó entonces.
Y así fue como acabó en Madrid, a donde fue para «improvisar con los mejores». «En teatro tienes tu texto y aprendes de dónde viene el personaje. En la improvisación tienes que aprender a hacer guiones, que no es solo tuyo, también es un guion que pertenece a tu compañera o a tus compañeros. También hay que trabajar la escucha, el cómo avanzar una historia, cómo crear buenos relatos… La creación del personaje no es desde lo emocional, porque no te da tiempo, sino desde lo corporal, tienes que ver cómo llegar a la emoción desde el cuerpo. Y, por otro lado, hay que tener en cuenta el ritmo, por lo que también eres director. Si una escena baja, aunque no sepas lo que vaya a pasar, tienes que subirla. En la improvisación somos todo a la vez y me apasiona», explica Vives.
Como canaria que sale fuera y descubre algo que no está tan presente en el Archipiélago, la actriz casi sintió la responsabilidad de llevar a su Isla eso que había descubierto más allá de sus fronteras. «Me gustaría que mi tierra se sepa lo que es la improvisación porque no existía cuando yo vine», apunta.
En esta línea, una representación como Se ha improvisado un crimen acerca a la gente esta disciplina en la que no hay guion, aunque Vives, Santana y Artiles tienen claro a dónde van todo el tiempo, «la historia está medio hecha», en palabras de la improvisadora.
Es el público el que la tiene que completar llevando al teatro su objeto favorito -que con suerte pasará a formar parte del show- y eligiendo también cómo va a ser cada personaje, cómo hablan, cómo caminan. Es una historia con juegos de improvisación en su interior en el que el humor absurdo de Santana y Artiles se combina con el trabajo de Vives para conseguir una pieza «gamberra» y llena de sorpresas que nunca sale igual, en la que las constantes son un muerto sobre las tablas, culpables, inocentes, una investigación y un asesinato por resolver.
Clases de ‘impro’
Además de con encuentros como el de los jueves en La Barbería, con obras como Se ha improvisado un crimen o eventos como el ciclo de teatro improvisado Improsit (que en 2025 celebrará su tercera edición en la Sala Insular de Teatro), Vives también busca acercar esta modalidad de interpretación a través de la enseñanza.
Es por ello que, hace un año, fundó Vives Impro, una compañía que es además una escuela para adultos a la que la gente se puede acercar para aprender el arte de la improvisación en el barrio capitalino de Guanarteme. «¿Para quién está destinado? Tengo desde cómicos, hasta gente que se quiere dedicar a la impro o a la comedia, y ,no sé por qué, tengo un sector súper grande médicos», cuenta la actriz entre risas.
«Tengo todo tipo gente que quiere quitarse los bloqueos, o que tiene miedo… O personas a las que les gusta mucho la parte del guion, porque trabajamos mucho la creación de historia. Hacemos mucha pandilla. A veces nos vamos tres días de ‘improcamp’ y nos vamos de campamento a alguna urbanización con piscina. Somos una familia», concluye Vives.