El crucero Kirov, de propulsión nuclear, es el buque de guerra de combate de superficie más grande y pesado en servicio.
Kirov: el gigante de la guerra naval con propulsión nuclear soviética
El crucero de batalla Kirov, introducido por la Armada Soviética en 1980, destaca por ser el buque de guerra de combate de superficie más grande y pesado en servicio activo, solo superado en tamaño por los portaaviones. También conocido por los soviéticos como Proyecto 1144 Orlan, este buque ha servido tanto a la Armada soviética como a la rusa desde su debut.
El Kirov, con un tamaño comparable al de los acorazados de la Primera Guerra Mundial, es frecuentemente denominado crucero de batalla debido a su gran tamaño y apariencia robusta. Su introducción generó gran interés entre los estrategas militares de Occidente, ya que apareció en pleno apogeo de la Guerra Fría, un período marcado por una intensa vigilancia mutua en el desarrollo de capacidades militares por parte de las dos superpotencias de la época.
La aparición del Kirov, con su imponente presencia como el mayor buque de guerra de superficie en el mundo, suscitó preocupación en Estados Unidos. Temiendo quedarse atrás en la competencia naval, Estados Unidos optó por reactivar sus acorazados de la clase Iowa, navíos que, aunque obsoletos desde la Segunda Guerra Mundial, seguían siendo formidables por su tamaño y poder de fuego significativo.
Armamento avanzado del Kirov para dominar los mares
Inicialmente, el Kirov fue diseñado principalmente para enfrentar la amenaza de los submarinos de la Armada estadounidense. En consecuencia, estaba armado con una gran cantidad de misiles antisubmarinos SS-N-14. Con el tiempo, su capacidad ofensiva se amplió con la adición de veinte misiles antibuque P-700 Granit, también conocidos como SS-N-19 Shipwreck, diseñados para contrarrestar los grupos de ataque de portaaviones estadounidenses.
Además de estos misiles, el Kirov cuenta con doce lanzadores tierra-aire S-300F, con una capacidad total de 96 misiles, y dos baterías Osa-MA, con veinte misiles cada una. Entre los distintos buques de la clase Kirov, destaca el Pyotr Velikiy por estar equipado con el sistema S-300FM, lo que le permite defenderse eficazmente de misiles balísticos, una capacidad única en la Armada rusa.
Otros armamentos incluidos en diferentes variantes del Kirov son misiles de guerra antisubmarina Metel, sistemas de misiles tierra-aire 3K95 Kinzhal, un lanzacohetes ASW RBU montado en proa, y ocho sistemas de armas de corto alcance AK-630 de 30 mm. También dispone del sistema de defensa aérea Kortik, un cañón automático AK-130 de 130 mm, y diez tubos de torpedos/misiles de 533 mm.
Capacidades de propulsión y dimensiones del Kirov
El impresionante tamaño del Kirov, que mide 250 metros de eslora, 29 metros de manga y 9 metros de calado, le permite desplazar 28.000 toneladas cuando está completamente cargado. La propulsión del crucero se sustenta en un sistema de propulsión nuclear marina de dos ejes CONAS, con dos reactores KN-3 y dos turbinas de vapor GT3A-688, capaces de generar un total de 140.000 caballos de fuerza.
Gracias a esta potente configuración, el Kirov puede alcanzar una velocidad máxima de 32 nudos, equivalente a 37 millas por hora. Su autonomía de navegación varía: puede recorrer 1.000 millas náuticas a una velocidad de 30 nudos o mantener un alcance ilimitado operando a 20 nudos utilizando energía nuclear. La tripulación necesaria para operar un Kirov asciende a 710 marineros.
En cuanto a su despliegue operativo, se construyeron un total de cuatro cruceros de la clase Kirov, aunque uno de los proyectos fue cancelado. De los cuatro, actualmente solo dos siguen en servicio, mientras que otro está siendo reacondicionado. El Almirante Nakhimov, fuera de servicio desde 1999, se encuentra en proceso de modernización y se espera que vuelva a formar parte de la flota activa en un futuro cercano.
Modernización y futuro del Kirov con misiles hipersónicos Tsirkon
Rusia está desarrollando actualmente un nuevo misil antibuque hipersónico conocido como 3M22 Tsirkon, que se integrará en el Kirov, elevando aún más sus capacidades ofensivas. Este avance representa un paso significativo en la modernización de la clase Kirov, garantizando que estos imponentes cruceros sigan siendo una pieza clave en la estrategia naval rusa.
La incorporación de los misiles Tsirkon, junto con las ya formidables capacidades de armamento y defensa del Kirov, asegura que este crucero continúe siendo un elemento de disuasión en los mares. Su capacidad para adaptarse a los avances tecnológicos refleja la intención de Rusia de mantener su relevancia y superioridad en el ámbito naval, a pesar de los cambios en las tácticas y tecnología de guerra.
El proceso de modernización también incluye mejoras en los sistemas de radar, comunicaciones y control de fuego del Kirov, garantizando que estos cruceros sean capaces de operar de manera efectiva en escenarios de combate contemporáneos. La combinación de poder de fuego, tecnología avanzada y capacidad de defensa convierte al Kirov en un elemento esencial de la Armada rusa para las décadas venideras.