Por desgracia, los cibercriminales no cogen vacaciones de verano. Las estafas que tienen lugar a través de la red siguen estando al orden del día en las agendas estivales de los gallegos. Así lo corrobora el miembro del Equipo @ de la Guardia Civil de A Coruña Adrián Quiñoy, que asegura que, desde luego, esta temporada veraniega en Galicia no concedió demasiados respiros. “Fue un verano ajetreado”, señala el agente.
Quiñoy indica que la llegada de denuncias se mantuvo constante durante estos meses de verano. “Sí que es cierto que en las primeras semanas de julio entró un aluvión muy grande”, apunta el guardia civil, que destaca el descenso de las estafas con las entradas de reventa en festivales y conciertos con respecto al año pasado. “El anterior verano tuvimos muchos casos y este año apenas nos llegan noticias. A una persona que intentó comprar entradas para los Juegos Olímpicos la estafaron y denunció, pero no es lo usual estos meses”, apostilla.
Lo cierto es que las ciberestafas no salen nada rentables para el bolsillo de los damnificados. Quiñoy admite que la horquilla de las pérdidas económicas es muy variada y cambia en función de las víctimas.“No es lo mismo estafar a un particular que atacar a una empresa”, señala el agente. “Durante este verano, la intervención más cuantiosa por parte de nuestro equipo fueron 23.000 euros de una estafa BEC (ataque al correo electrónico empresarial). En cuanto a las denuncias, la mayor cifra que nos llegó fue de un particular, que perdió 360.000 euros en una falsa inversión en criptomonedas”, comenta Quiñoy.
‘Spoofing’, la nueva moda
Los cibercriminales también siguen la máxima de “renovarse o morir”. Y es que este verano Quiñoy señala que el top 1 de las estafas de este verano se la llevó una modalidad desconocida en la comunidad hasta la fecha: el spoofing telefónico. “Es una suplantación de identidad donde el estafador se hace pasar por un banco para conseguir las credenciales de la víctima y extraer dinero”, dice el agente.
Como indica Quiñoy, todo comienza con una llamada. “El estafador usa lo que se llama una máscara; es decir, en la pantalla móvil pone que el número pertenece a una oficina de Abanca, por ejemplo, pero en realidad no es así”, explica el policía.
Cuando la víctima descuelga, comienza el engaño. “Te dicen que están intentando acceder a tu cuenta bancaria y necesitan generar un código para detener la intrusión”, señala Quiñoy.“Ese código faculta a sacar hasta 3.000 euros de un cajero a quien lo posee sin necesidad de tarjetas de crédito. A este modus operandi se le conoce como halcash”, apunta.
Quiñoy indica que suelen ser varios los estafadores que están involucrados en estos timos, perpetrados en su mayoría por bandas organizadas. “Quien suele hacer la llamada suele ser español, para que la víctima se confíe. Pero el dinero no se suele sacar en cajeros de Galicia”, señala el policía, que explica que la extracción tiene lugar en zonas como Madrid o Barcelona. “Tenemos varias investigaciones abiertas allí. Las llamadas suelen darse de tarde, cuando cierran los bancos. Así, la víctima no tiene ocasión de pedir ayuda o asesoramiento”, añade el guardia.
La estafa del recibo de la luz
Siguiendo el ránking veraniego, el segundo puesto lo ocupa la estafa del recibo de la luz, donde las víctimas son restaurantes o establecimientos hosteleros.“Hemos tenido muchísimos esta temporada”, señala el agente. “La mayoría fueron en zonas turísticas, como Santiago”, destaca.
En este tipo de timos, los estafadores llaman a los locales sobre las dos o las tres de la tarde, en plena hora punta. Se hacen pasar por la compañía eléctrica y alegan impago de facturas. Con este pretexto, amenazan al establecimiento con un corte de luz instantáneo si no se realiza un abono inmediato. “Las víctimas suelen caer mucho en este tipo de trampas, ya que no se pueden permitir perder la luz en esos momentos de la jornada”, lamenta el agente. “Probablemente, estos criminales tengan a alguien infiltrado en las empresas energéticas para saber qué locales acumulan deudas”, señala.
Sextorsiones, a la orden del día
Y el tercer puesto de este verano se lo llevan, según Quiñoy, las sextorsiones, un clásico en el cibercrimen de la comunidad. En estos fraudes, los estafadores aceden a sus víctimas a través de anuncios falsos de contratación de servicios sexuales en páginas de contactos, colgados por el propio grupo criminal. Cuando los afectados contratan uno de estos trabajos fraudulentos, los delincuentes se ponen en contacto con el estafado, la mayoría de las veces por medio de una aplicación de mensajería instantánea, en la que el supuesto jefe de las prostitutas les recrimina haberles hecho perder el tiempo. Entonces, exigen una cantidad de dinero como compensación, amenazando con causarles problemas de no hacerlo.
La mejor medicina para combatir a los cibercriminales es la prevención. Así lo indica Quiñoy, que asegura que lo mejor es ser cautos. “No hay que compartir las credenciales con nadie”, explica el agente, que insiste: “Aunque no es algo que la gente esté acostumbrada a hacer, hay que cambiar las contraseñas y claves de acceso con frecuencia, siempre en la medida de lo posible. Si se hace esto, la mitad del trabajo está hecho”.