Aunque la paralización por ArcelorMittal de sus proyectos para sustituir los hornos altos alimentados con coque por hornos de reducción directa del mineral de hierro mediante el uso de hidrógeno verde (DRI) afecta por igual a sus principales plantas de España, Francia, Bélgica y Alemania, Gobiernos y sindicatos europeos se miran con suspicacia, y siguen los movimientos de unos y otros, en la convicción de que no solo se está produciendo una competencia por costes energéticos y ayudas entre Europa y otras áreas económicas –que es la fase en la que se está–, sino que muy previsiblemente terminará por abrirse la puja entre territorios europeos, si es que no se ha abierto ya de facto. El destino futuro de la siderurgia integral descarbonizada podría decidirse en función de las políticas ventajistas de los países.

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