El Teatro Principal de Zaragoza se inauguró oficialmente el 25 de agosto de 1799, 225 años en los que el coliseo zaragozano ha acogido a los mejores artistas del mundo convirtiéndose en un referente cultural de primer orden. Para celebrar el aniversario, el Ayuntamiento de Zaragoza ha preparado una programación especial que comenzará este septiembre y concluirá el 31 de diciembre de 2025. A lo largo de esos 16 meses, el coliseo zaragozano se llenará de teatro, ópera, danza, musicales, conferencias y hasta sesiones cinematográficas.
Para estar listo y renovado de cara a su gran fiesta de cumpleaños, el teatro lleva todo el verano sometiéndose a una ambiciosa restauración para brillar con todo su esplendor. Entre otras actuaciones, el equipo de sonido se va a renovar por completo con una inversión de 265.000 euros, mientras que se ha pintado el frontal del escenario y se va a instalar un ascensor para facilitar el acceso a las plantas superiores. La inversión total que se va a destinar a todos estos trabajos de mejora es de casi 600.000 euros.
El Teatro Principal, antiguo Teatro Nuevo, fue construido por el arquitecto zaragozano Agustín Sanz, y se inauguró en su actual emplazamiento el 25 de agosto de 1799. Para acomodarse a los nuevos tiempos, vivió importantes reformas, como las realizadas por José Yarza, en 1858, Ricardo Magdalena, en 1870, Regino Borobio, en 1940, y José Manuel Pérez Latorre, en 1986.
La más importante fue la que realizó Ricardo Magdalena, inspirándose en el modelo de planta de la Scala de Milán: se recreó una nueva fachada y se llevó a cabo una nueva decoración interior de la sala, destacando la embocadura del escenario y el magnífico telón de boca pintado por Marcelino de Unceta.
Un devastador incendio
El teatro se inauguró ese 25 de agosto de 1799 y sustituyó al antiguo Coliseo de Comedias de Zaragoza, ubicado en el solar que hoy ocupa el Banco de España. La tarde del 12 de noviembre de 1778 se produjo un trágico y devastador incendio (hubo que lamentar 77 fallecidos) en el antiguo coliseo, que acabó ardiendo por completo. La demanda ciudadana hizo que el Palacio de la Lonja fuera habilitado para las representaciones mientras se decidía levantar un nuevo Coliseo en el terreno de los Graneros, justo enfrente de donde se situaba la Corrala desaparecida, que sería el actual Teatro Principal.
Se encargó el proyecto al arquitecto Agustín Sanz aunque, pese a algunas referencias erróneas, el proyecto de Sanz nunca llegó a realizarse. Fue finalmente el proyecto de un tramoyista de la compañía que actuaba entonces en La Lonja, Vicente Martínez, el que culminó en el nuevo Teatro inaugurado un 25 de agosto de 1799 y que se llamaría Principal a partir de 1853, para diferenciarlo de otros que comenzaban a aparecer en la ciudad por estas fechas.