No hace tanto, las calles estaban atestadas de clínicas de estética y belleza. El sector vivió una década de esplendor y generó un ambiente de optimismo entre quienes querían emprender y ganar dinero de manera fácil. O eso pensaban. En el último año se han encadenado dos concursos de acreedores de marcas muy extendidas en España, como eran Centros Único y Centros Ideal, que, de un día para otro, sorprendieron a sus clientes con la bajada de persiana de sus establecimientos sin previo aviso. Miles de usuarios tienen pendientes deudas con estas compañías por haber dejado sus tratamientos a medias, algo similar a lo ocurrido en 2017 con las clínicas de Hedonai. ¿Ha explotado la burbuja de los centros de estética?

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