Cientos de voluntarios ucranianos reciben una intensa formación de las fuerzas armadas del Reino Unido bajo la llamada ‘Operación Interflex‘ en un lugar secreto de Inglaterra, al que Efe ha tenido acceso con motivo del trigésimo tercer aniversario de la independencia de Ucrania este sábado.
Allí aprenden habilidades de supervivencia, manejo de armas y tácticas en trinchera. «Nos esforzamos lo máximo para crear el entorno más realista posible», afirma el comandante británico Barret durante la última jornada de la primera fase de instrucción.
Ese oficial al mando se encarga del adiestramiento durante cinco semanas de unos 200 ucranianos de diferentes procedencias con una misma motivación: defender a su país de la invasión de Rusia.
Convocados en tres diferentes grupos, van ataviados con sus ropajes de camuflaje, gafas de sol, pasamontañas y equipos militares, rotan por los diferentes circuitos y actividades cumpliendo órdenes de tenientes, y sus posteriores observaciones.
«Está sangrando, corred, corred. Torniquete en la pierna, ahora mismo. ¡Ya, ya, ya!»; «Síguele, síguele», «Cubrid las espaldas», son algunas de las voces que se oyen por duplicado, en inglés y ucraniano, gracias a compatriotas traductores, como también «Slava Ukraini! (¡Gloria a Ucrania!).»
Desde 2015
El operativo militar Interflex, dirigido por diferentes socios internacionales, se puso en marcha en 2015, después de la primera invasión rusa en 2014, y su anexión de Crimea.
«Desde entonces 75.000 ucranianos han sido adiestrados, y otros 40.000 tras el inicio de la guerra», según calcula el teniente Burman, presente en el recóndito lugar del suroeste de Inglaterra.
El programa se adecua a las necesidades en el campo real de batalla. «Contamos con bosques, terrenos abiertos, caminos y pistas que reflejan fielmente lo que experimentarán cuando estén en Ucrania», sostiene el comandante Barret.
Entre los voluntarios hay electricistas, floristas, profesores, médicos, fontaneros, entre los 24 y 45 años de edad, la mayoría de los cuales carecen de experiencia militar.
«Todas las lecciones que nos enseñan son definitivamente útiles, especialmente sin ninguna experiencia previa. Llevarlas de vuelta a casa será desafiante», reconoce un exprofesor de inglés bajo el pseudónimo Merlín, por razones de seguridad.
Merlín, joven de gran estatura y atlético del oeste de Ucrania (Rivne), trata a su país «como una familia. A veces, hay cosas en la vida que exigen un precio», declara.
Nuevas habilidades
El mayor Barret, que trabaja con tropas ucranianas desde 2018, observa que «tienen muchas ganas de aprender. Son como esponjas. Sólo quieren absorber información».
«Necesito aprender, cómo desarrollar destrezas relacionadas con la guerra. Nuevas habilidades, por eso estoy aquí», señala a EFE una joven doctora del centro de Ucrania, que se identifica como Anna. Con el comienzo de la guerra el 24 febrero de 2022, Anna decidió que tenía que cambiar su vida y «tomar algunas decisiones para ser útil» a su país.
Merlín recuerda y define ese día con las palabras «confusión y enfado. Vivimos en el S. XXI, ¿por qué diablos harías algo así?» se pregunta el joven ucraniano.
A día de hoy más de 35.000 civiles han perdido la vida, según los últimos datos oficiales (julio de 2024) facilitados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Ucrania celebra este sábado su trigésimo tercer aniversario de independencia de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, fecha que Merlín ve como «recordatorio de que hay un trabajo que hay que hacer, y un precio que debe pagarse». «Es la independencia de mi país, es el mayor motivo por el que estoy aquí», afirma Anna.