Una ceja partida y varias contusiones por todo el cuerpo. Este es el parte médico del conductor del TIB de 61 años que sufrió una brutal agresión por parte de un pasajero al que tuvo que despertar para bajarse del bus. El agresor se puso muy violento y sin mediar palabra atacó al conductor profiriendo golpes sin parar.
Esta agresión, que sucedió el pasado sábado 17 de agosto, fue difundida por el Sindicato Autónomo de Transportes de las Islas Baleares (SATI), quien ahora reclama al Govern más protección para los chóferes. «Hemos pedido al conseller de Movilidad, José Luis Mateo, una reunión, pero todavía no la hemos conseguido. El secretario general del sindicato, Andrés Rodríguez, reclama reforzar las líneas para conseguir mejorar el servicio y evitar más agresiones. «Hay autobuses insuficientes y necesitamos refuerzos. Eso es lo que no se está haciendo, y solo puede hacerlo el Govern», explica. Rodríguez asegura que con la flota de vehículos actual «no damos abasto».
Esta falta de buses genera crispación entre los clientes: «Hay de dos tipos; los habituales, que están cansados de ver cómo los buses pasan delante suya y no se paran y a veces estallan contra el conductor de forma esporádica; y los que son más agresivos, que se irritan por cualquier cosa y cuando se da un mal servicio, porque se dan, estallan». Ante estas situaciones el conductor tan solo puede «intentar calmar los nervios y en muchas ocasiones la cosa termina en una agresión física o verbal».
Ante estas situaciones han decidido decir basta. «No lo podemos consentir. Cuando se produce una agresión en la EMT, la empresa se persona. En el TIB, el Govern no. No podemos dejar que los agresores salgan impunes», critica. Avisa, además, de que «si el Ejecutivo no reacciona, tendremos que tomar una decisión».
«Conducir un TIB no es fácil»
Un conductor del servicio de transporte público, de nombre Pablo A., asegura que «he perdido pelo y peso trabajando aquí». Explica que, por ejemplo, «las rutas te las tienes que aprender solo» y no se corta al hablar de los pasajeros: «Me equivoqué de parada y tuve que volver en mis primeras semanas y me lincharon». «Yo soy de poner sonrisa y buena cara pero ya he mandado al carajo a varias personas y a otros los he echado del bus», relata, para sentenciar a continuación: «Si necesitas estrés, ven aquí».