De estudiante durante la carrera leíamos en los manuales de climatología que en la región mediterránea no podían formarse ciclones tropicales porque no se daban dos premisas fundamentales para ello: el agua del mar no llegaba a tener 27ºC y en las capas altas de la atmósfera no había condiciones anticiclónicas que favorecieran la divergencia del aire.

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