Fue una historia de amor real de un perro a su dueño que conmovió a la España de los años 90. El protagonista fue Canelo, un perro mezclado con predominio de Terrier del mismo color que le daba nombre. Lo sucedido traspasó fronteras porque pocas veces se da lo ocurrido en Cádiz a las puertas del Hospital Puerta del Mar. Canelo acudía regularmente con su dueño a diálisis por la enfermedad renal que padecía su propietario. Canelo conocía, por tanto, muy bien el hospital y la zona. La leyenda dicta que la última vez que el perro acompañó a su dueño, este le dijo “Espérame aquí´”. Y así fue. Pero esta vez no fue solo un rato, pues hubo complicaciones y el dueño y amigo ya no volvió a salir. Falleció.

Pero el perro cumplió lo ordenado y esperó durante doce años la salida de su dueño en la puerta del hospital gaditano. Durante doce años, el perro, no se movió de la puerta salvo para hacer sus necesidades fisiológicas. Se hizo fija su imagen allí durmiendo, comiendo, esperando. Su presencia, desde el día del fallecimiento, fue constante y permanente. Y, ahora, esta emotiva historia real va a ser llevada al cine como una película de animación que se estrenará el próximo 26 de agosto de 2024, coincidiendo con el Día Internacional del Perro.

La historia de Canelo da para un documental, una película y más. Durante ese tiempo fueron los vecinos de Cádiz, pacientes y el propio personal sanitario del hospital, quienes se hicieron responsables de alimentar y cuidar al fiel can. Le llevaban agua, comida y le construyeron una especie de refugio con camas de cartón para que se guareciera de las inclemencias del tiempo y durmiera. También colectivos animalistas como Agaden se hicieron cargo de cuidar su salud así como de vacunarlo pertinentemente.

Doce años después de comenzar esa guardia y espera permanente, Canelo murió al ser atropellado por un coche en las inmediaciones del hospital. Con el paso del tiempo se había quedado prácticamente ciego. Tal fue la trascendencia del hecho y lo popular que se hizo el perro y su muestra de lealtad, que dos años después de que Canelo falleciese, el Ayuntamiento de Cádiz lo homenajeó erigiendo una placa y rotulando una calle cerca del hospital protagonista de su larga espera.

En esos 12 años de atenta y larga espera del perro a su dueño, hubo un momento en el que por supuestos motivos sanitarios, se intentó trasladar al perro del lugar. De hecho se le llevó a un refugio de animales en la vecina localidad de Puerto Real. Ese traslado sucedió dos veces. Los amigos, sanitarios y “vecinos” de Canelo no lo permitieron y protestaron. Hasta tal punto fue la demanda que las autoridades tuvieron que ceder y dejarle salir para que volviera a la puerta.

Ahora esta tierna historia llega a la pantalla en forma de dibujo animado. Canelo va a ser inmortalizado en un cortometraje que ha dirigido Jordi Ayguasenosa desde México. Una historia que ha llegado al otro lado del océano. Un mar tan grande como la lealtad y amor incondicional y sin fisuras ni tiempo que representó Canelo.

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