Los desembalses del pantano de Iznájar, que abastecen la zona regable del río Genil, transcurren siguiendo la planificación establecida por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Los riegos comenzaron el pasado mes de abril y finalizarán este próximo mes de septiembre. Desde la Comunidad de Regantes de la Margen Derecha del Genil, señalan que el riego afecta en esta zona a 2.235 hectáreas; en la margen contraria, la izquierda, la superficie es de algo más de 6.000 hectáreas, extendiéndose de Palma del Río a Lora del Río.
Los cultivos predominantes están marcados en un 80% por arboleda. En cuanto a los leñosos, un 70% es superficie citrícola, seguida de olivar y almendro.
Esos desembalses en Iznájar han hecho que se note a simple vista el aumento del caudal del río Genil a su paso por Palma del Río. Según los datos en tiempo real de la CHG, este jueves el Genil en el punto de control de Fuente Palmera presentaba picos máximos superiores a los 75 metros cúbicos por segundo, cuando durante toda la semana previa apenas se habían sobrepasado los 60. La crecida no ha sido tan grande como en el Guadalquivir a su paso por Córdoba, también debida a los desembalses aguas arriba, tanto en San Rafael de Navallana como en los embalses de Jaén.
La apuesta por las comunidades de regantes, por el agricultor, por la modernización del riego y la precaución por sequía ha llevado al regante a optimizar el riego. La Comunidad de Regantes apunta que “el consumo es inferior, por parte del propio regante, como medida de precaución”. Los regantes aseguran que ponen especial precaución para no desaprovechar el agua liberada, ya que en Palma del Río desemboca el Genil en el Guadalquivir. El objetivo es que no existan pérdidas en el consumo de los regantes del Genil para que ese agua no termine en el cauce principal.