Nunca hasta ahora Kamala Harris había ofrecido un discurso más importante que el que este jueves daba en el United Center de Chicago para aceptar formalmente su nominación como candidata a la presidencia de Estados Unidos. Era una intervención que abre una nueva fase en la carrera electoral hacia el 5 de noviembre y en su duelo con Donald Trump. Y eran palabras fundamentales para que la actual vicepresidenta presentara su historia y su propuesta al país y, tras un mes extraordinario, culminara cuatro intensos días de convención que han constatado un momento de cambio y transformación del Partido Demócrata ahora que ella ha tomado el testigo del liderazgo de Joe Biden.

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