No hay respiro para los palestinos de la Franja de Gaza. Este jueves, al menos 22 personas han muerto víctimas de los bombardeos y el fuego de artillería israelí, mientras se alejan las opciones de materializar un alto el fuego. La intensificación de las operaciones del Ejército hebreo en Deir el Balah, en el centro del enclave, ha provocado la huida de miles de palestinos de esta superpoblada urbe. En el otro territorio palestino, en la Cisjordania ocupada, otras tres personas han perdido la vida por un ataque aéreo contra el campo de refugiados de la norteña Tulkarem. Mientras el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Joe Biden, evaluaban por teléfono la evolución de las conversaciones para la tregua, el fuego cruzado no se ha detenido en la frontera israelí-libanesa.
En solo una mañana, las bombas israelíes han matado a más de una veintena de personas. Entre ellas, se cuentan una mujer y su hijo que trataban de refugiarse en su hogar de Jan Yunis, al sur del castigado enclave. Otros ataques contra casas han matado a seis personas en el campo de Maghazi, en el centro del enclave, y a tres más en el campo de Jabalia, al norte. El Ejército israelí ha dicho que sus fuerzas han intensificado sus operaciones en la central Deir el Balah y la sureña Jan Yunis, desmantelando docenas de estructuras militares y matando a combatientes palestinos en las últimas 24 horas. La población civil ha vuelto a sufrir las consecuencias de toda esta violencia, al tener que abandonar el área de Deir el Balah designada previamente por Israel como una «zona segura humanitaria» para civiles.
Mientras los tanques avanzaban por territorio gazatí y los aviones lo sobrevolaban, los residentes del campo de refugiados de Tulkarem han experimentado el mismo sufrimiento que sus compatriotas palestinos. Los soldados israelíes han bombardeado una casa, matando a tres personas. Además, como parte de la redada que se extiende por más de 12 horas, las fuerzas hebreas han incendiado algunos hogares y no han permitido la entrada de los equipos de defensa civil para apagar los fuegos. Tulkarem, al norte de la Cisjordania ocupada, es una de las zonas más afectadas por la violencia israelí. Desde el inicio de la guerra, al menos 90 casas de la zona han sido destruidas por las operaciones del Ejército israelí.
115 cohetes contra Israel
Desde Washington, Biden ha hablado con Netanyahu para enfatizar la «urgencia» de alcanzar una tregua en medio de las últimas informaciones respecto a un estancamiento en el diálogo en curso. De acuerdo a la Casa Blanca, la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, también se ha unido a la conversación. Según el Washington Post, el primer ministro israelí se ha mostrado dispuesto a aceptar ciertos compromisos en las negociaciones con Hamás. Pero tras la publicación del artículo, una fuente de alto rango del Gobierno ha dicho en un comunicado que Netanyahu «no ha cambiado su posición sobre la necesidad de control y presencia israelí en el corredor de Filadelfia«, uno de los principales escollos en las negociaciones.
Como lleva ocurriendo desde el mismo 8 de octubre, los intercambios de fuego entre la milicia Hizbulá y el Ejército israelí han seguido dominando la frontera que comparten ambos países rivales. Las autoridades militares anunciaron haber atacado y destruido objetivos de la milicia en más de 10 zonas del sur del Líbano durante la noche y el día. Entre los objetivos había depósitos de armas, estructuras militares y una plataforma de lanzamiento. Tras el ataque israelí a supuestos depósitos de armas en el este del Líbano a principios de esta semana, Hizbulá disparó 115 cohetes contra Israel el martes, mientras diferentes países siguen insistiendo a su ciudadanía para que abandone el Líbano.
