El general David W. Allvin reveló un concepto innovador de caza ligero que redefine el futuro de la aviación militar estadounidense.

Allvin propone un caza ligero en respuesta a los costos del programa NGAD

El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, general David W. Allvin, ha introducido un concepto de caza ligero que podría redefinir la futura flota de combate del servicio. Este concepto surge en medio de crecientes cuestionamientos sobre los requisitos del avión de combate furtivo tripulado de sexta generación, desarrollado como parte de la iniciativa Next Generation Air Dominance (NGAD).

Durante la Conferencia Global de Jefes del Aire y el Espacio, realizada en Londres el mes pasado, Allvin presentó la ilustración de este caza ligero como parte de su visión estratégica. A pesar de que el diseño es teórico, ofrece una idea de cómo la Fuerza Aérea podría imaginar un futuro caza ligero, que visualmente se asemeja a una versión reducida del F-35. Este avión monomotor, diseñado para ser poco visible, cuenta con alas similares a las del F-35 y dos aletas de cola inclinadas hacia afuera, pero carece de estabilizadores horizontales.

El tamaño de la cabina sugiere que el caza ligero es algo más pequeño que el Joint Strike Fighter, pero no de manera dramática. Este concepto encaja en la visión de Allvin de priorizar la adaptación y actualización de software en lugar de la durabilidad del hardware, estrategia que podría cambiar la naturaleza de la aviación de combate de EE. UU.

Software y modularidad: claves para la futura flota aérea de EE. UU.

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En su discurso en Londres, Allvin destacó la importancia de “construir para adaptarse” mediante el desarrollo de software común para múltiples plataformas, lo que podría reducir la dependencia del hardware, al que describió como un “albatros” potencial. Esta estrategia se alinea con la visión de Will Roper, exsecretario adjunto de la Fuerza Aérea, quien promovió la idea de la “Serie del Siglo Digital”. Según Allvin, los futuros aviones de combate tripulados serán más “desechables”, con un enfoque en el software como motor principal de la evolución de las capacidades militares.

El concepto de un caza ligero es particularmente interesante en el contexto actual, donde los costos del NGAD, que alcanzan aproximadamente 250 millones de dólares por unidad, están bajo escrutinio. La posibilidad de incorporar aviones no tripulados y sistemas colaborativos de combate aéreo (CCA) también está siendo explorada como una forma de mitigar estos costos, lo que podría llevar a la Fuerza Aérea a replantear el diseño y las capacidades del avión de sexta generación.

El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, ha confirmado recientemente que, si bien el NGAD sigue siendo una prioridad, se está revisando el programa para equilibrar capacidades y costos. Una versión con tripulación opcional también podría ser desarrollada en el futuro, en función de las necesidades y los avances tecnológicos.

Exploración de alternativas para la aviación de combate del futuro

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El concepto de Allvin sugiere que la Fuerza Aérea podría considerar la inclusión de cazas ligeros junto al caza de sexta generación del NGAD, proporcionando así la masa de combate necesaria para un posible conflicto con China. Esto permitiría una mayor flexibilidad en el desarrollo de software y una rápida adaptación a los cambios en el panorama militar global, especialmente frente a la modernización acelerada del poder aéreo chino.

La idea de una combinación de cazas “altos/bajos” no es nueva. En 2021, el general retirado James M. Holmes propuso la posibilidad de dos versiones del componente de combate del NGAD: una optimizada para misiones de largo alcance en el Indo-Pacífico y otra para el teatro de operaciones europeo. Ambos diseños compartirían una modularidad que permitiría reducir riesgos y costos mediante el uso de subsistemas comunes.

Sin embargo, la viabilidad de un futuro caza ligero para operaciones en el Pacífico plantea dudas, especialmente en cuanto a la necesidad de largo alcance. El desarrollo de aviones cisterna furtivos podría ser una solución, pero también existe la posibilidad de que la Fuerza Aérea explore la opción de un caza completamente nuevo, diseñado desde cero y más económico.

Desafíos económicos y tecnológicos en el desarrollo de cazas ligeros

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El general Charles Q. Brown Jr., anterior jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, había sugerido la necesidad de un nuevo caza que reemplazara al F-16. Este avión, descrito como de “cuarta generación y media o quinta generación menos”, sería lo suficientemente asequible para ser adquirido en grandes cantidades y respondería a las rápidas actualizaciones de software, incluso durante misiones en curso.

La visión de Brown, que resalta la ingeniería digital y la fabricación avanzada, sugiere que la Fuerza Aérea podría beneficiarse de aviones producidos en series más pequeñas, capaces de adaptarse a las amenazas emergentes con mayor rapidez. Aunque esto podría reducir los costos y mejorar la eficiencia, queda la duda sobre la rentabilidad y viabilidad a largo plazo de esta estrategia.

La idea de integrar aviones de combate más económicos en la flota no es nueva, pero el concepto de caza ligero de Allvin podría representar un enfoque más flexible y adaptable. Sin embargo, el desarrollo de un nuevo avión de este tipo enfrenta desafíos significativos, tanto tecnológicos como financieros, que la Fuerza Aérea deberá superar si quiere mantener su ventaja competitiva.

El papel de los drones y la inteligencia artificial en el futuro de la aviación militar

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El avance en la tecnología no tripulada y la inteligencia artificial está influyendo de manera decisiva en el diseño de futuras plataformas aéreas. La Fuerza Aérea ha estado considerando durante años la posibilidad de integrar drones de combate en su flota, y los planes para el CCA podrían tener un impacto significativo en la estrategia aérea del futuro.

Algunos analistas sugieren que el caza tripulado de sexta generación del NGAD podría no ser la plataforma ideal para trabajar con el CCA, y que un avión tripulado diferente podría aprovechar mejor las sinergias con los drones. El secretario Kendall ha indicado que los requisitos del NGAD pueden haber quedado desactualizados en comparación con el ritmo acelerado de la tecnología no tripulada.

Eventualmente, es posible que los drones, operando de manera autónoma y en masa, superen a las plataformas tripuladas en términos de eficiencia y capacidad de respuesta. Esto podría llevar a una reevaluación del papel de los pilotos humanos en el combate aéreo, con drones que asumirían un rol cada vez más dominante.

El NGAD y la carrera por la asequibilidad en la Fuerza Aérea de EE. UU.

A pesar de que el NGAD sigue siendo un programa prioritario, la Fuerza Aérea está luchando con problemas de asequibilidad que podrían afectar su futuro. Los altos costos asociados con el desarrollo y producción de aviones de sexta generación están llevando a los responsables a reconsiderar el diseño y las capacidades de estos aviones.

La idea de un caza ligero y más económico, como el propuesto por Allvin, podría ser una respuesta a estos desafíos. Sin embargo, aún no está claro si un programa de este tipo es viable, dadas las limitaciones financieras actuales y las necesidades operativas futuras.

La Fuerza Aérea ha explorado durante mucho tiempo la posibilidad de desarrollar aviones de combate más asequibles, pero los avances tecnológicos y las exigencias del campo de batalla moderno hacen que esta tarea sea cada vez más complicada. El concepto de caza ligero de Allvin es solo el último esfuerzo en este sentido, y su éxito dependerá de cómo se aborden los desafíos tecnológicos y económicos en los próximos años.

La necesidad de un enfoque equilibrado en la futura flota de combate

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La Fuerza Aérea se enfrenta a un delicado equilibrio entre la necesidad de cazas avanzados y el control de los costos. El concepto de un caza ligero podría ofrecer una solución parcial, permitiendo una mayor flexibilidad y adaptabilidad en la flota de combate.

Sin embargo, la implementación de este concepto requerirá una cuidadosa planificación y una evaluación continua de las necesidades operativas frente a las limitaciones presupuestarias. El futuro de la aviación de combate estadounidense dependerá en gran medida de la capacidad de la Fuerza Aérea para equilibrar estos factores y mantener su ventaja tecnológica sobre sus adversarios.

En última instancia, la Fuerza Aérea debe continuar innovando y explorando nuevas formas de mantener su superioridad aérea, mientras enfrenta los desafíos financieros y tecnológicos que vienen con el desarrollo de nuevas plataformas de combate.

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