El Gobierno laborista ha dado un paso más en su promesa de reducir las llegadas de inmigrantes al Reino Unido. La ministra del Interior, Yvette Cooper, ha anunciado su intención de acelerar la tramitación de las solicitudes de asilo que siguen pendientes y de aumentar las deportaciones de las personas que no reciban la autorización de las autoridades para permanecer en el país. Según los últimos datos publicados este jueves por el Ministerio del Interior, casi 119.000 personas estaban a la espera de una primera resolución sobre sus casos a finales de junio, una cifra ligeramente superior a la registrada en el primer trimestre del año. 

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