Dos cursos y 87 partidos. El cántabro patentó un estilo exquisito que elevó a Viera, Roque y Vicente al cielo. «El canario es la excelencia en el control y la pausa».
Ayer falleció Paquito García que dirigió a la UD en la 89-90 y en la siguiente campaña, fue su entrenador en el Racing.
Estaba conduciendo y paré en la autopista una hora tras enterarme de la noticia. Me llamó un periódico de Santander y les redacté un texto de 300 palabras como homenaje póstumo. Una grandísima persona, con valores. Le puedo decir que fue el entrenador que más me enseñó. Fue una etapa en la que tenía 33 años y me ayudó a entender el juego, a poner en valor conceptos que hasta ese momento nadie me había comentado. Me ayudó, me enseñó y luego esas tareas que preparaba Paquito las he puesto en práctica en mis equipos [más de veinte años después].Las he repetido en mis equipos porque este hombre era un adelantado a su tiempo. Pero sobre todo, era una gran persona.
La UD cumple 75 años. ¿Qué espacio ocupa su equipo, que maravilló de 2015 a 2017 con un sello barroco? ¿Fue el mejor de la historia de Las Palmas?
Bueno, me faltan datos. No he conocido todas las épocas de la UD, pero es cierto que tuve la ocasión de hablar con muchos canarios que llevaban viendo al equipo durante muchos años y todos recordaban la etapa de Tonono, Guedes o Germán. Hablamos de jugadores espectaculares e hicieron disfrutar a la gente. Es cierto que nosotros completamos una buena etapa, todos las recordamos, yo incluido. Fue mi primer año en Primera y tuve la suerte de estar rodeado de jugadores sensacionales que aprendieron a asociarse. Nos hicieron disfrutar mucho del juego, a paladearlo.
Asociarse pero con mimbres de la tierra que fueron estrellas. Llevó a los Vicente Gómez, Roque Mesa, Viera o Tana a un punto de rendimiento sideral -el de la Feria fue internacional y los dos primeros figuraron en la prelista de Lopetegui-. Y eso tras la destitución de Herrera y con un ambiente de funeral.
Eran muy buenos y pontecialmente dotados. Eran jugadores exquisitos, cada uno a su manera, pero todos eran capaces de entender el juego. Lo único que conseguimos y me puede atribuir cierto mérito, es que los asociamos para que se unieran en una idea común. Todos entendieron a la perfección lo que se pretendía. Ellos ya llevaban la esencia del juego, la tenían dentro. La propuesta les ayudó a que pudiesen asociarse, y cuando tú asocias a los buenos jugadores, alcanzas una repercusión enorme en el juego. Es la preponderación de la idea.
Hay un partido que se ha instalado en la memoria colectiva del aficionado. 1 de marzo de 2017 en el Bernabéu (3-3). Su lienzo más hermoso fue un empate que pudo ser leyenda.
Hubo muchos partidos y momentos en los que a la UD daba gusto verla. Ese día del Madrid, por el escenario, pues dejó una huella que perdurará para siempre en mi cabeza y en la de muchos jugadores. Todos recordaremos aquella acción que pudo ser el 1-4 en el que Jesé Rodríguez disparó desde lejos y el balón se fue rozando el palo. Pero luego la presión del Madrid en los minutos finales provocó que nos marcasen dos goles para hacer el empate. Sí, fue un empate, pero cuando se le da tanta resonancia al juego de un equipo, a veces el resultado es lo menos importantes que la idea que queda. Lo recordaremos siempre, costará olvidarlo.
«No tengo prisa por volver a entrenar, tengo la suerte de elegir. Y si no lo hago más, no pasa nada»
Dirigió a Messi en Champions con el Barça y al Betis en Liga Europa. Con el Villarreal compitió en Conference y logró ganar en el Bernabéu en tres ocasiones (dos con el club verdiblanco y una con el Submarino Amarillo). ¿Pero fue en la UD dónde se sintió más realizado como entrenador? ¿Su obra perfecta?
Estoy contento y satisfecho de mi paso por todos los equipos. ¿Qué pasó en Las Palmas? Costó muy poco por la esencia de los jugadores, su idea y la calidad individual que era altísima. Muchos de los jugadores que no estaban dotados técnicamente se sumaron para aportar por el juego colectivo. Así, desde la implicación, alcanzamos un nivel muy alto. También recuerdo etapas como la del Lugo, en la que se jugó muy bien. De igual manera, en el Betis también hubo un gran nivel. En el Villarreal, en la última etapa de la primera temporada, plasmamos un juego bueno. Pero el nivel de excelencia de control, de pausa… Eso solo lo tienen los canarios. Son los que manejan esas situaciones de forma más óptima. Jony [Viera] y Tana siempre estaban muy tranquilos. Nunca se aceleraban, igual que Vicente Gómez. O el trabajo de Roque, que estaba por delante de la defensa y era capaz de darse la vuelta y conectar con el grupo. Era bajito, pero lo hacía de maravilla. Esa pausa y ese control, la capacidad de retener, de darle pausa y acelerar en el instante preciso, es innato de los canarios. La controlaban muy bien, ya veías que era algo prometedor.
¿Por qué no logró en el Barça o en el Betis dejar esa huella?
En la Isla dejamos un poso extraordinario, pero no fue fácil. La UD estaba mal situada y no había una gran confianza en que el equipo se pudiese salvar. Había que echarle valor de verdad y cambiar todo. Los jugadores fueron receptivos y consecuentes con lo que lo que planteábamos. Nos costó con algunos, para ordenarlos y decirles que había que trabajar en grupo. Había algunos que solo pensaban a nivel individual, pero conseguimos convencerles. Cuando se dieron cuenta, joder, aquello funcionó. Me siento muy orgulloso de aquella etapa. Pero más allá de los resultados [fue undécimo en la 15-6 y 14º en la 16-17], lo que más te llena es ver feliz a la gente. Tuvimos que trabajar con ciertas dificultades que estaban allí, que no pusieron las cosas muy fáciles. Pero al final, todo fue muy positivo.
Ya se le pasó el cabreo con el presidente Ramírez -mantuvo un culebrón de cinco meses por la renovación que acabó con la renuncia del cántabro-.
No soy rencoroso. Hemos hablado en diferentes ocasiones al vernos y no hay rencor. Siempre le he dicho que es muy difícil nuestra convivencia, nos cuesta entendernos. Tenemos maneras de pensar diferentes y es algo insalvable, porque él no va a cambiar y yo tampoco. Pero si le digo que estoy encantado de todo lo bueno que le pasa a Las Palmas. Lo digo con sentimiento porque sé que a mí en la Isla me aprecian. Allí fui tremendamente feliz.
El pasado 3 de septiembre se cumple un año de su destitución del Villarreal. ¿Cuándo piensa volver a entrenar?
No tengo mucha prisa, tengo la suerte de poder elegir. No me ha salido nada que me atraiga, que me motive de verdad. No descarto volver hacerlo, pero no pasa nada si no entreno más.
¿Qué opinión la pizarra de Carrión y esa evolución de la UD tras la marcha de Pimienta?
Carrión hizo un buen trabajo en el Oviedo y creo que es muy válido para Las Palmas. Tiene buen criterio, puede ser un gran fichaje. Ojalá que le vaya bien no le conozco en profundidad, pero creo que es un buen estratega. He visto jugar al Oviedo durante la pasada temporada y es un modelo táctico que comparto. Pero me faltan matices, no lo conozco lo suficiente para establecer un juicio amplio. El otro día vi el partido ante el Sevilla diez minutos, lo iré viendo durante el curso para contar con un análisis más amplio. Pero le deseo lo mejor a Carrión y a la UD.