Habló tras la ofrenda a la Virgen del Pilar y la recepción en el Ayuntamiento de Zaragoza el capitán Cristian Álvarez, que minutos antes y en la ofrenda se había emocionado con lágrimas en los ojos en las peticiones a la patrona, y el meta argentino, tras una temporada durísima en lo personal por las lesiones, lanzó un mensaje ilusionante en lo personal y en lo colectivo para la que será su octava campaña en el Real Zaragoza, donde está desde 2017. “Me veo preparador para ayudar, como el primer día que llegué aquí, enfocado en el trabajo diario. Lo dije al llegar y he recordado mucho esas palabras, puedo controlar lo que está en mi mano, que es el trabajo y la honestidad día a día, las 24 horas. Vuelvo a la casilla de partida y a trabajar desde ahí, para construir una temporada en lo personal muy bonita, ojalá así sea, que sea una campaña brillante sobre todo en lo institucional y en lo grupal”, reseñó.
Cristian, lesionado en el isquio derecho desde mitad de mayo, una dolencia que se sumó en la temporada pasada a otra en el isquio izquierdo, en octubre y con tres meses de baja, y a una en el sóleo, ya trabaja a plenitud con el grupo desde esta semana después que en la pasada ya hiciera parte de esa actividad. Está casi a punto. «Ahora estoy en dinámica normal dentro del trabajo específico que me planteé al volver de vacaciones y es la recta final, para sumar minutos, para recibir acciones de juego reales”, asevera, con la vista puesta incluso en la citación para Cartagena, donde Femenías, titular en Cádiz es baja por lesión y Poussin cuenta con todos los números para jugar de inicio: “Ojalá pueda estar ya en Cartagena, es mi objetivo poder ir convocado. Y si todo va según lo previsto la idea es que esté”.
“A mí me ilusiona el equipo, pero hay que ser prudentes y humildes y tener el recuerdo de la humildad que en el inicio de la pasada temporada no tuvimos, esa enseñanza de que, por más ilusionante que se vea todo, y yo especialmente lo estoy, hay que saber dónde estamos parados y que el recorrido es muy largo hacia un objetivo que es inmejorable”, aseveró, sin querer mencionar la palabra ascenso, ni hablar de perspectivas ni comparaciones con otros equipos, porque “es muy pronto para decir si este año es distinto a los anteriores, hay cosas diferentes, está marcado por una Romareda distinta, aunque también había cosas diferentes el curso pasado. Es muy pronto para análisis y balances, debemos seguir trabajando y sumar puntos”.
Las lágrimas ante la patrona
Cristian fue el encargado de llevar las flores junto a Lluís López en la ofrenda a la Virgen del Pilar (Jair es el segundo capitán y estaba, pero va a salir y por eso dejó el testigo al defensa catalán) y leyó ante la patrona unas palabas en las que “me pongo nervioso. Es leer en público, tener a la Virgen delante, es un acto muy importante y que representa mucho para la ciudad y para los zaragozanos. Eso me pesa. Para algunas cosas soy muy tranquilo y para esto, cuando empiezo a hablar y a pedirle a la Virgen, me pongo nervioso y a temblar, hasta las manos me tiemblan”, reseñó al describir lo sentido en un acto que le emocionó con lágrimas en los ojos.
En esa ofrenda estuvo toda la plantilla a excepción de Jaume Grau, a punto de salir rumbo a Portugal, además del cuerpo técnico, encabezado por Víctor Fernández, el director deportivo, Juan Carlos Cordero, el director general, Fernando López, y el consejero Juan Forcén. También acudió una representación de las categorías inferiores y del equipo de LaLiga Genuine, además de los responsables de la Ciudad Deportiva. El capellán emérito, Juan Antonio Gracia, y José Antonio Calvo, director de Comunicación del Arzobispado de Zaragoza, recibieron a la expedición zaragocista en este acto religioso habitual cada temporada, preludio también siempre de la visita al ayuntamiento. De camino al consistorio, fue Víctor la figura más aclamada por los zaragocistas, un centenar al menos, que acudieron, aunque también a Francho, Azón, Cristian o Jair les costó avanzar entre autógrafos y fotos.
Allí fueron recibidos por la alcaldesa, Natalia Chueca, y todo el equipo de gobierno municipal y la primera edil manifestó a los jugadores “todo el ánimo y el apoyo inquebrantable de la ciudad”. Les aseguró que “en este reto no están solos”, mensaje que hio extensivo a los miembros del cuerpo técnico además de dar las gracias a la propiedad del club, por “su esfuerzo” en la entidad. “Quiero desearos la mejor de las suertes, seguro que construimos un año de sueños e ilusión en el que seréis el faro de esperanza y alegría de todos los zaragozanos”, destacó.
Por su parte, el director general, dio las gracias a las instituciones por su apoyo decidido en el nuevo estadio, que “queda ya para la historia y va a cambiar el diseño de la ciudad” y a la afición por las cifras de socios en una temporada marcada por la reducción de espacio en La Romareda por las obras y a la plantilla y al cuerpo técnico les pidió “ser igual de responsables que todos en esta carrera a largo plazo, porque si seguimos así de unidos vamos a estar muy cerca de lograr el objetivo que todos queremos”, aseguró López.