Tras nueve meses de relación, ella quiso dejarlo, pero él no lo aceptó. «Se había dado cuenta de que la relación iba mal, él era muy tóxico y ella dijo que hasta aquí. Era una mujer muy feminista y quiso acabar esta historia«, explica una compañera de trabajo de Pilar Muñoz, la mujer de 60 años y funcionaria municipal de Rubí que este martes fue asesinada por su expareja y comisario jubilado de a Policía Nacional, Juan Fortuny de Pedro. Apenas 15 minutos después, el que fue número dos del cuerpo en Cataluña mató a Maria Àngels Pi, la mujer con la que había mantenido una relación durante más de 20 años, aunque ya estaban separados. «Estamos destrozados», afirman vecinos, amigos y compañeros de ambas víctimas. Tanto Rubí como Castellbisbal han guardado este miércoles un minuto de silencio en señal de repulsa de este doble crimen machista que deja huérfanos de madre a cinco hijos.
Pilar, «feminista y comprometida»
«Era una mujer muy guapa, elegante, listísima y muy buena persona», recuerda sobre Pilar una vecina con la que compartió rellano durante una década. Ambas se ayudaron durante la adolescencia de sus hijas, de la misma edad. «La edad del pavo es muy dura.. son cosas que unen mucho, ella siempre nos ayudaba en cuanto podía», continúa esta mujer, de origen colombiano, con los ojos llorosos. También recuerda como Pilar, funcionaria del ayuntamiento durante más de 20 años, le recomendó apuntarse a unas ayudas para mujeres emprendedoras. «Justo abrí un negocio y ella me ayudó muchísimo».
«Él era muy celoso y controlador y no aceptó que Pilar lo quisiera dejar», explica una amiga
También una compañera de trabajo resalta su valentía y compromiso. «Era una mujer feminista, empoderada e inteligente». Había estudiado Magisterio y tenía dos hijas, de más de 20 años, fruto de una relación anterior. Ahora, a los 60 años, llevaba varios meses de baja por un problema de salud. «No sé decir qué ocurría estos últimos días, pero sí sé que el era muy celoso y controlador y no aceptó cuando ella lo quiso dejar».
Maria Àngels, el rostro del restaurante Cal Pupinet
La historia de Pilar transcurre casi en paralelo con la de Maria Àngels Pi, la exmujer del comisario que residía en Castellbisbal y que fue asesinada de un disparo apenas un cuarto de hora más tarde. Maria Àngels, coincide también su entorno, era una mujer fuerte. El primer rostro que uno se encontraba al llegar a Cal Pupinet, el restaurante más reconocido de Castellbisbal. «Habían levantado el negocio con sus hermanos y primos, era una mujer muy valiente, muy independiente y emprendedora», recuerdan vecinos de la localidad. «Yo la admiraba: era tan elegante, tan agradable», explica una mujer que mantuvo con ella una «muy buena relación».
Maria Àngels hacía un año que se había jubilado, dice Fran, un vecino. También hacía un año que se había separado de Fortuny, aunque pocos lo sabían. «Yo pensaba que seguían juntos, porque justo el día antes lo vimos con la bici eléctrica yendo a buscar el pan», sigue un vecino, quien recuerda su llegada a Castellbisbal, poco antes del año 2000. Igual que Pilar, Mari Àngels tenía dos hijos de una relación anterior. Con Fortuny tuvieron otra hija, que ahora está a punto de llegar a la treintena. Fue precisamente ella quien descubrió el cuerpo de su madre y de su padre, que terminó suicidándose.
Hombres que se sienten dios
¿Ocurrió lo mismo que con Pilar? ¿Ella también lo había dejado por sus celos y control? Es la pregunta que ahora se hacen algunos vecinos de Castellbisbal, que no tienen la respuesta. «Era una mujer muy reservada, los dos lo eran. Pero sí creo que algo de eso había, que era evitable», sigue una mujer con la que a menudo quedaba para practicar deporte. Ahora muchos reviven escenas que dejan entrever que las cosas no iban bien. «Hacía unos meses que ella estaba muy delgada y triste… y también recuerdo que cuando él la acompañaba a comprar siempre se quedaba fuera de la tienda. Luego le decía: ¿Ya estás’? Siempre era así».
«Durante muchos años él fue una de las máximas autoridades policiales en Catalunya. Hay hombres que se sienten dios y que un día dejan de serlo y pierden también el poder y la autoridad con las mujeres. No es un caso aislado, seguimos viendo patrones de control, de poder, de dominación machista», apuntan fuentes de la conselleria de Igualtat, que ven un patrón de agresiones en las que hay agentes policiales implicados, por lo que reclaman un protocolo específico sobre el uso y tenencia de armas en este sector.
Vivir sin miedo
Que la violencia machista es un fenómeno estructural lo corroboran las cifras y las historias a pie de calle. «Muchos hombres cuando llegan a cierta edad solo quieren que hagas lo que ellos quieren, y si no se enfadan y se ponen violentos», apunta Montserrat, vecina de Castellbisbal. Ella oyó el disparo que mató a Maria Àngels, pero pensó que era un petardo de la fiesta mayor. «Esto nos ocurre a muchas mujeres», añade.
Explica que ya ha tenido que llamar dos veces a los Mossos. Una vez su marido le pegó. En otra ocasión, hace unos meses, la quiso ahogar. «Los Mossos me preguntaron si quería denunciar. ¿Cómo voy a hacerlo, como voy a dejarle?», dice la mujer, también octogenaria. «Esto pasa en muchas casas. ¿Por qué no hacen algo para protegernos, para que dejamos de vivir con tanto miedo?», se pregunta la anciana, justo delante de la puerta del chalet de Maria Àngels, hoy precintado por la policía catalana.
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