Estamos ante el árbol con el crecimiento más rápido de todas las especies conocidas, pues puede llegar a crecer hasta dos centímetros en un solo día, alcanzando una altura de seis metros en tan solo año. A los seis años ya tiene 30 metros, cifras sorprendentes que dan una idea de la excepcionalidad de esta especie.
La lista de sus virtudes de la paulownia o kiri (Paulownia tormentosa) es realmente larga, aunque también aspectos en contra que lo convierten en una verdadera amenaza, dependiendo de donde se plante.
Para empezar, se trata de una especie muy resistente a plagas y enfermedades, y se adapta a suelos pobres, a los que aportan nitrógeno. Además, tiene una gran capacidad para atraer numerosos microorganismos que enriquecen el ecosistema del suelo.
La paulownia, originaria de China, es, igualmente, un árbol que tolera muy bien las sequías y el fuego, y se conocen casos de ejemplares que han sobrevivido sin mayores contratiempos a temperaturas superiores a los 400 grados centígrados.
Gran capacidad para capturar CO2
Ahora bien, una de sus mayores virtudes, que lo convierten en un árbol milagroso para sus defensores, es su gran capacidad para absorber CO2 de la atmósfera, muy superior a otras especies, de modo que se convierte en un elemento ideal para combatir el calentamiento global. Sus grandes hojas pueden capturar 21,7 kilos de CO2 al día y convertirlos en 6 kilos de oxígeno.
Se trata de unos niveles que superan en diez veces la capacidad de absorción de otras especies.
La madera del kiri o paulownia es un material muy apreciado por la industria maderera, puesto que con ella se pueden fabricar muebles, instrumentos musicales, accesorios para aviones y hasta yates o tablas de surf.
Ahora bien, no todo son ventajas. Este árbol, que se está propagando por todo el planeta gracias a las redes comerciales por internet, está considerado como especie exótica invasora en aquellos países donde no es autóctono, y causa allí graves problemas ecológicos.
Especie invasora en España
Es el caso de España, donde este árbol constituye un peligro para las especies nativas, puesto que compite con ellas por el territorio y por los nutrientes, dada su gran capacidad para expandirse y su gran resistencia.
Los expertos recuerdan que las especies exóticas invasoras se propagan rápido en los terrenos donde se asientan porque suelen carecer de enemigos naturales o competidores.
Y es que un solo árbol de paulownia puede generar hasta 20 millones de semillas cada año, que además se dispersan muy fácilmente por la acción del viento y el agua. Eso hace que en poco tiempo, un solo ejemplar pueda dar lugar a un auténtico bosque que será ya muy difícil de erradicar.
Basándose en sus bondades para la captura de dióxido de carbono, el estado de Texas plantó en 2008 miles de ejemplares para recuperar también suelos contaminados y agotados por la explotación industrial. Pero acabó convirtiéndose en un fracaso. Al cabo de doce años, los kiri plantados estaban ya destruyendo los ecosistemas nativos desde Maine a Florida y Texas, lo que llevó al estado de Connecticut a prohibir su venta para evitar los mismos problemas.
Colombia, por su parte, prohibió en el año 2018 su siembra y plantación, precisamente por el temor a que afectar a la biodiversidad del país. Otros gobiernos han adoptado limitaciones a la plantación de este árbol.
Esta es la demostración de que algunas especies que atesoran grandes virtudes ecológicas en aquellos lugares donde son propios, pasan a constituir una seria amenaza cuando se trasladan a otros ecosistemas totalmente ajenos a ellos.
Más información: https://elblogverde.com/la-revolucion-del-kiri-el-arbol-que-puede-salvar-al-mundo/
……………….
Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]