Es verano y todos hemos notado ya ese calor intenso tan típico de esta época. Y qué momento menos oportuno para el calor extremo que la hora de dormir… ¿Verdad? La experta en fisiología del sueño y bioética, Jana Fernández, señala en Poniendo las Calles algo que hace mucha gente para tratar de descansar mejor, pero es contraproducente.
Ese calor que nos hace sudar, que nos irrita y que por momentos, incluso nos desespera. Las vueltas de un lado a otro, encender y apagar el ventilador, levantarse a la cocina a por agua… Es evidente que la calidad del sueño en esta época desciende considerablemente. Sin embargo, el sueño sigue teniendo la misma importancia.
El aumento global de las temperaturas no solo ha disparado los termómetros diurnos. Según apuntan los registros, el avance de la crisis climática está haciendo que las noches sean cada vez más cálidas en España, donde el calor se potencia aún más y alcanza cifras extremas en plena noche.
Las noches tórridas son, desde un punto de vista meteorológico, aquellas donde las temperaturas están por encima de los 25 grados centígrados. En Barcelona, por ejemplo, antes de 2003 no se había registrado ninguna noche con estas temperaturas y, desde entonces, ya se han observado más de 40 que encajan en este umbral.
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Dormir en verano
«Es verdad que cuando pasamos el umbral de temperatura que define una noche tropical que está en los 24 o 25 grados, o ya la noche tórrida, que son 26 o 27 grados, ahí es muy complicado conciliar el sueño», señala Jana Fernández en Poniendo las Calles. Pero, ¿por qué nuestro cuerpo reacciona de esta manera?
La experta en fisiología del sueño explica que «para dormirnos, nuestro organismo cambia la temperatura y pierde un par de grados a través de las extremidades»: «Entonces, si estamos en un entorno muy caluroso, le va a costar mucho al organismo perder esa temperatura que necesita perder para quedarse dormido».
¿Qué podemos hacer aquí? Recurrir a las soluciones de toda la vida: «Ventilador, una ducha fresca antes de acostarnos, intentar cenar ligero y evitar el alcohol». Jana Fernández recuerda en Poniendo las Calles que «una cena abundante, con mucho alcohol, nos va a dificultar todavía más dormir».
«En estos casos, siempre recomiendo tampoco entrar en pánico», recalca la experta en bioética, «una noche de sueño de mala calidad no va a suponer un algo definitivo para nuestra salud». Esto siempre que se cuide «la higiene del sueño durante todo el año», porque cualquier persona debe tener en cuenta que alguna mala noche por calor pasará.
Una experta en sueño señala por qué debes dejar de hacer esto
Jana Fernández recomienda en Poniendo las Calles «dosificar al día siguiente»: «No castigarme al día siguiente y decir venga, ahora me voy a matar en el gimnasio y además voy a hacer tal y tal y tal para estar agotado y dormir». La realidad que presenta la experta es que «eso va a hacer que duerma todavía peor a la noche siguiente».
En esas noches complicada, la experta en fisiología del sueño recomienda «pensar también un poco en qué hacían nuestros mayores hace años, cuando no tenían todas las comodidades que teníamos nosotros»: «Las persianas bajadas, estar al fresco, estar tranquilos durante las horas centrales del día…».