Tiene 20 años y, según los primeros datos obtenidos por los investigadores de la Guardia Civil, un trastorno mental que le ha generado una discapacidad reconocida del 70 por ciento, como adelantó el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.
Este joven español, vecino de Mocejón (Toledo) ha confesado ser el autor del asesinato del niño Mateo en el polideportivo del pueblo. O no. Porque lo que ha contado en sus primeras conversaciones con los agentes es que quien lo hizo, quien le clavó 11 puñaladas al niño de 11 años no fue él. En realidad, dijo: «ha sido mi otro yo, ha sido mi copia». Luego añadió: «yo estaba allí, pero yo no he sido».
Camiseta anudada al cuello
Las grabaciones de varias cámaras de seguridad de la localidad de Mocejón habían llevado hasta este joven. En una de ellas se le ve cruzando el pueblo, caminando a las nueve y veinte de la mañana del domingo 18 de agosto, unos cuarenta minutos antes del crimen. Lleva una camiseta anudada al cuello que luego utilizará para tapar su rostro.
Las grabaciones no recogen que hable con nadie ni se detenga antes de llegar al polideportivo y campo de fútbol Ángel Tardío. La instalación está cerrada, pero dos grupos de chavales se han colado por los agujeros que hay en su perímetro.
Sin dirigirles la palabra
El joven, que lleva un cuchillo que ha cogido de casa de su padre, se acerca a un grupo de adolescentes, de unos 15 años. Algo le hace arrepentirse y alejarse, sin dirigirles la palabra. Muy cerca ha visto a tres niños más pequeños. Son Mateo y dos amigos suyos. Cuando le ven acercarse, los dos amigos salen corriendo, piensan que quizás vaya a reñirles por colarse en el campo de fútbol. Mateo se entretiene, trata de ponerse la camiseta antes de huir.
El joven le alcanza y le apuñala once veces. Luego, se va del polideportivo por uno de los agujeros y regresa hacia el pueblo.
Tiró el cuchillo al Tajo
En apenas 24 horas, tras una operación sin precedentes de la Guardia Civil para capturarlo en la pequeña localidad toledana, de 4.800 habitantes, fue detenido, como avanzó este medio. Según ha asegurado a los agentes, tras matar al niño, tiró el cuchillo en una acequia a 700 metros del polideportivo y luego se fue a casa de sus abuelos, donde se dio una ducha.
Los investigadores tratan ahora de corroborar su declaración y de encontrar el arma. Efectivos de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) rastrearon la acequia ayer, hasta última hora de la tarde, sin resultado. Se trata de un lugar con mucho lodo y poca agua, lo que dificulta la búsqueda.
Víctima elegida al azar
La Guardia Civil ha registrado la casa de los abuelos del detenido. También la vivienda donde el joven vivía con su padre, hasta ahora. Su madre y su hermano, de 17 años, viven en Madrid.
Fuentes de la investigación explicaron a este medio que Mateo fue una víctima elegida al azar. «Si se hubiese encontrado a otro niño solo, en el pueblo o en el polideportivo, lo habría atacado. No buscaba a nadie en concreto«.