La fiebre del Nilo Occidental trae de cabeza a los vecinos de diversas poblaciones del sur peninsular español desde hace tiempo. Pero este año la alarma social se ha disparado. Como muestra, las palabras de Juan José Sánchez, portavoz de la plataforma ciudadana que se ha creado para luchar contra el virus, que aseguró esta semana que las autoridades «están ocultando contagios», y que la situación ya es de «película de terror».

En declaraciones a Europa Press, Sánchez arremetió contra la gestión de la Junta de Andalucía, que considera que está siendo «penosa» porque intenta minimizar el número de contagios. En este sentido, afirma que cuando una persona infectada por el virus acude al médico se le diagnostica un cuadro vírico de gastroenteritis o una infección de orina para «no agravar más la cifra» y que pasen la enfermedad en sus casas. Según sus cuentas, en los hospitales sevillanos de Virgen del Rocío y de Virgen de Valme habría ya entre 60 y 70 personas ingresadas.

Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han explicado que entre los años 2010 y 2023 se ha detectado el linaje 1 del virus de la Fiebre del Nilo Occidental en aves y en diversas explotaciones equinas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Cataluña. En octubre de 2017, además, se encontró por primera vez en nuestro país el linaje 2 del virus en un ave que presentaba sintomatología clínica en la provincia de Lérida.

En las últimas semanas se han organizado algunas manifestaciones para pedir fumigaciones tempranas, una vacuna contra la fiebre del Nilo Occidental y un tratamiento específico que «solucione el problema de esta patología». Y es que, como el propio Sánchez indica, este virus «ha venido para quedarse».

Pero, ¿por qué este año está dando tanto que hablar? Primero, porque ha llegado antes. Y segundo, porque el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades ha informado de que, aunque a nivel europeo el número total de casos notificados está dentro de lo esperado, el número de casos en España es superior al de años anteriores. Y las condiciones meteorológicas hacen presagiar que las cifras seguirán creciendo en las próximas semanas y meses.

El problema mundial con los mosquitos

Según la World Mosquito Program (WMP), una organización sin ánimo de lucro, las enfermedades transmitidas por estos animales matan a más de un millón de personas al año e infectan a 700 millones (casi una de cada diez personas a nivel mundial). Y va a ir a más: «A medida que el planeta se caliente y el cambio climático alargue la temporada de mosquitos, la criatura más mortal del mundo expandirá su rango geográfico a nuevas regiones y volverá a emerger en áreas donde el número de mosquitos había disminuido por décadas».

Esto es, precisamente, lo que ha pasado en los últimos años con la fiebre del Nilo Occidental. Un estudio del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), analizó por qué se había extendido por Europa. Para ello, procesaron y analizaron grandes cantidades de datos de 166 regiones del sur y el sureste del continente durante un período de 13 años, que pusieron de manifiesto los cambios en el clima, los patrones de uso de la tierra, los cambios económicos y el gasto del gobierno central en áreas como el saneamiento y el medio ambiente. 

La conclusión fue que no existe una explicación simple para describir el reciente aumento del virus, sino una combinación de causas. En general, el clima más cálido en los meses de primavera y verano debido al cambio climático está haciendo que las condiciones sean más favorables y está extendiendo su temporada de reproducción, lo que a su vez puede incrementar su número. Pero más importante aún es que los inviernos más cálidos han permitido que los mosquitos infectados sobrevivan en regiones que antes eran demasiado frías y se propaguen a principios de año.

Las zonas con una mayor proporción de humedales y tierras cultivables, incluida la agricultura de regadío que tiende a atraer aves susceptibles y especies de mosquitos, son las que corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Y la sequía también puede estar aumentando la intensidad de los brotes de enfermedades, ya que la reducción de los recursos hídricos hace que los mosquitos y las aves entren en contacto más estrecho y, por lo tanto, aumenten los posibles casos de transmisión y la prevalencia del virus, que luego puede propagarse a las poblaciones humanas.

«Todos estos cambios ambientales tuvieron lugar durante un período de austeridad en muchos países. Los países que registraron un mayor número de casos del virus durante el período analizado también fueron los que aplicaron los mayores recortes en la infraestructura del gobierno y el gasto en prevención de riesgos, por ejemplo, en protección ambiental y gasto en aguas residuales, lo que podría haber beneficiado a las especies de vectores y al virus durante este período crucial», detallaron desde la UAB. Todo a esto ha hecho que pasemos de notificar casos de forma ocasional a considerarlo un «importante problema de salud en Europa».

Las enfermedades que pueden transmitir los mosquitos

La expansión imparable de los mosquitos preocupa mucho a la comunidad científica, y no es para menos. Dejando de lado la fiebre del Nilo, la lista de enfermedades que pueden transmitir los mosquitos asusta: malaria, dengue, chikungunya, fiebre amarilla, Zika…

Desde la WMP recuerdan que algunas de ellas ya se están disparando en Europa: «Las enfermedades transmitidas por mosquitos – ya endémicas en el África Subsahariana, el Sudeste Asiático y América Latina – se están reestableciendo en poblaciones de diferentes partes del mundo. El Sistema de Alerta Temprana de Enfermedades Transmitidas por Mosquitos muestra una trayectoria ascendente en Europa, con los casos de malaria aumentando en un 62% y dengue, Zika y chikungunya en un 700%. Inundaciones extremas en Alemania, el año pasado solamente, mostraron un aumento del número de mosquitos de hasta diez veces las estimaciones usuales».

«El sur de Australia es otro ejemplo reciente de mosquitos expandiéndose a nuevas geografías. La región está lidiando actualmente con su primer brote importante de encefalitis japonesa, una infección transmitida por mosquitos más comúnmente hallada en el sudeste asiático rural y las islas del Pacífico. Los científicos creen que el cambio climático ha creado una potencial ‘tormenta perfecta’, que permita al virus avanzar hacia el sur y establecerse en el país», añaden.

Lo cierto es que aunque hay más de tres mil especies de mosquitos en el mundo, las enfermedades más graves (dengue, chikungunya, Zika y fiebre amarilla) son transmitidas solo por dos: Aedes aegypti y Aedes albopictus (también conocido como mosquito tigre asiático). En la actualidad se estima que el dengue, la enfermedad transmitida por mosquitos de propagación más rápida en el mundo, infecta a más de 390 millones de personas al año, y pone en riesgo a más de la mitad de la población del mundo. Pero un estudio reciente, dirigido por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, predijo que para el año 2080 más de ocho mil millones de personas podrían estar en riesgo por malaria y dengue.

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