«Quiero que seas mi Cholo Simeone». La frase la escuchó Rubén Torrecilla el verano pasado. Se la dijo el dueño del club. El deseo era real, se demostró cuando al equipo se le atascó el invierno y, a pesar de las voces contrarias, muchas y de mucha confianza, se mantuvo la fe en el preparador extremeño, el único que ha hecho campeón de liga al Hércules fuera del fútbol profesional. La confianza en el técnico es tan grande que se han satisfecho todos sus deseos en la confección del vestuario, incluidos los que van en contra de los intereses de la entidad, que precisaría de que un activo como César Moreno fuera útil en una empresa con la que tiene contrato hasta 2027. No podrá ser…

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