España afronta el año con más ofertas públicas de adquisición (opas) desde 2007, cuando la crisis financiera toca a las puertas de todo el mundo. En 2024, el mercado español registró un total de ocho opas, movimientos que hayan puesto en juego casi 22.000 millones de euros. Y son operaciones que pueden marcar un cambio de paradigma en la situación de la economía y los mercados del país. Cuando el verano acabe, la sensación de tregua que se vive en estos momentos acabará para opas como la de BBVA sobra Sabadell, la de mayor cuantía, con 12.200 millones de euros como valoración del banco liderado por Josep Oliu, o la lanzado por el grupo húngaro Magyar Vagon sobre Talgo. «Sin duda 2024 está siendo un año récord para las opas en el mercado español», afirma Maitane de la Peña, directora de M&A y capital markets en KPMG Abogados.
Pero, ¿qué ha pasado para que se hayan disparado este tipo de operaciones en el selectivo español? Como en casi cualquier fenómeno generalizado, se da una confluencia de factores. «Destacaría la baja valoración de ciertas empresas españolas versus entidades comparables estadounidenses o de otros mercados, lo que hace que ahora mismo dichas compañías sean especialmente atractivas para el mercado extranjero», comenta De la Peña. Asimismo, también ha aumentado la confianza en el mercado español por parte de ciertos inversores (cuyo máximo exponente es el interés de Brookield por Grifols) junto a la cristalización de algunas operaciones entre entidades españolas que ya llevaban tiempo en el radar. Tampoco hay que descartar la importancia de la estabilización y cierta rebaja en los tipos de interés, lo que hace que la financiación de las operaciones esté más barata. Además, el arrastre de grandes operaciones hace que otras vayan detrás. De regreso a 2007, la letrada de KPMG Abogados recuerda que el año previo a la quiebra de Lehman Brothers, en nuestro país se sucedieron «la opa de Endesa o la de Martinsa sobre Fadesa«.
Las opas de este año son variadas tanto en sus objetivos como en sus implicaciones estratégicas. Algunas son de carácter hostil, como la opa de BBVA sobre el Banco Sabadell, significativa por su potencial para transformar el sector bancario español. En una reciente entrevista publicada en Activos, el vertical económico de Prensa Ibérica, el consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, señalaba que «hay un clamor contra la fusión con BBVA, es un tema social», señalando además que «la operación tiene un exceso de solape en territorios y en pymes». Asimismo, la opa que reduciría la dimensión del sistema bancario parece no contar con el agrado del actual Ejecutivo, encargado en última instancia de dar el visto bueno a la operación.
En el ámbito industrial, se anticipa una lucha en el sector ferroviario por Talgo, con la húngara Magyar Vagon y, hasta hace unas semanas, la checa Škoda que se cayó como contendiente rechazada por el consejo del fabricante ferroviario español. El Gobierno, que desde que se hiciera pública la operación no ha dejado de buscar un caballero blanco que contrarrestase a los húngaros se encuentra en standby ya que el Ejecutivo ha aplazado dar una respuesta hasta el próximo otoño.
Por otro lado, hay opas típico de los grandes fondos de capital riesgo. Ejemplos notables incluyen la guerra por Applus y la adquisición de la socimi Árima por el fondo Safra Sarasin. Además, algunas operaciones se asemejan más a rescates financieros, como la que negocian el fondo Brookfield y la familia Grifols en torno a la farmacéutica catalana que valoraría la empresas en 5.500 millones de euros. El sector inmobiliario, que ha visto afectadas sus valoraciones debido al incremento de los tipos de interés, también está en plena actividad. JSS Real Estate, un fondo gestionado por el grupo financiero suizo Safra Sarasin, ha lanzado una opa sobre Arima. Simultáneamente, Hines y el grupo Lar han formado un consorcio con el objetivo de adquirir Lar España. La opa más reciente en proceso es una oferta reducida de eDreams, que busca adquirir un 3,5% de su propio capital como una forma de retribuir a sus accionistas.
No obstante, cabe esperar un segundo semestre en el que la actividad siga el mismo ritmo o, incluso, se dispare. «Seguramente veamos más opas y la resolución de algunas que todavía no han sido aprobadas a nivel regulatorio, con lo cual el cómputo final podría ser más alto del que estamos contando actualmente», aclara De la Peña. En este sentido, en el sector inmobiliario, el futuro de compañías como Merlin y Metrovacesa también podría depender de las decisiones estratégicas de los bancos que participan en su capital. En el ámbito de las renovables, Solaria, Soltec y Grenergy se mencionan como posibles objetivos de adquisición, mientras que en el sector asegurador, Línea Directa también es objeto de especulación sobre su futuro accionarial.
Batalla entre competidores
La competencia por las empresas opadas ha sido tan fuerte que ha generado guerras de opas por algunas de las compañías. El caso más paradigmático es del Applus, operación que se encuentra en un momento crítico debido a la pugna entre los fondos de inversión TDR, I Squared y Apollo. TDR e I Squared han logrado hacerse con el 72% del capital tras lanzar una opa, mientras que Apollo, que conserva un 22% de las acciones, se ha quedado fuera del consejo de administración tras una maniobra de sus rivales para reducir el número de consejeros. Este movimiento ha provocado tensiones, ya que Apollo reclama su derecho a estar representado en el consejo y ha dejado abierta la posibilidad de emprender acciones legales para defender sus intereses.
Los escenarios futuros en esta disputa son variados y complejos. Por un lado, TDR e I Squared, como principales accionistas, tienen el control operativo de la compañía, lo que les permite seguir adelante con su estrategia de refinanciación, aunque bajo el escrutinio de Apollo, que podría impugnar cualquier decisión que considere perjudicial para la empresa. La junta de accionistas convocada para el 27 de agosto será clave, ya que en ella se podría aprobar un esquema de préstamos intragrupo que podría incrementar la deuda de Applus, algo que Apollo podría intentar bloquear si ve que compromete la estabilidad financiera de la empresa. La posibilidad de excluir a Applus de bolsa también sigue sobre la mesa, aunque requeriría una nueva opa aprobada por la CNMV.
La otra compañía que cuenta con dos postores es Ercros. La batalla por el control de la química catalana entre las compañías Esseco y Bondalti ha entrado en una nueva fase, con ambas ajustando a la baja sus ofertas tras el pago de dividendos a los accionistas de la química catalana. Esseco, controlada por el grupo italiano San Martino, ha reducido su oferta de 351 millones a 342 millones de euros, situando el precio por acción en 3,745 euros. Por su parte, Bondalti, perteneciente al Grupo José de Mello, ha disminuido su oferta de 329 millones a 320 millones de euros, con un precio de 3,505 euros por acción. Estos ajustes reflejan la deducción correspondiente al dividendo distribuido por Ercros, de 0,096 euros por acción. En cuanto al proceso regulatorio, Bondalti lleva la delantera, habiendo obtenido el visto bueno del Gobierno español y la autoridad de competencia portuguesa, aunque aún espera la aprobación definitiva de la CNMV y la CNMC. Esseco, por otro lado, está a la espera de que la CNMV se pronuncie sobre la opa de Bondalti antes de que su propia oferta pueda avanzar. El resultado de esta disputa podría depender de la decisión final de la CNMV, mientras que Esseco ha comenzado a realizar consultas ante las autoridades españolas y otras entidades reguladoras para determinar los requisitos necesarios para su opa.
Operaciones cerradas (y otras que se cayeron)
Además, en 2024 se han cerrado opas abiertas del año anterior. Es el caso de Prosegur y Opdenergy. Para la primera, Helena Revoredo logró un éxito parcial consiguiendo adquirir el 13,23% de la compañía, un poco menos de lo esperado respecto al 15% que había ofertado a 1,83 euros por acción. Con esta operación, Revoredo aumenta su participación en la empresa de seguridad hasta el 73%, sumando este nuevo porcentaje al 59,79% que ya poseía. La oferta fue aceptada por los dueños de 72,12 millones de acciones, lo que supone un desembolso de unos 132 millones de euros, en lugar de los 155 millones inicialmente previstos.
Por su parte, el fondo de capital riesgo francés Antin concluyó con éxito su opa sobre Opdenergy, logrando adquirir el 99,6% del capital del grupo de renovables a través de su vehículo inversor GCE Bidco. La oferta, lanzada en 2023, fue aceptada por 147.438.990 acciones, superando ampliamente el umbral mínimo del 75% fijado para su efectividad. Este resultado ha sido comunicado a la CNMV, confirmando que la operación ha sido satisfactoria y que Antin ha logrado su objetivo de controlar casi la totalidad de Opdenergy.
También este año fracasó el intento de Taqa, en alianza con CriteriaCaixa, de lanzar una opa por el 100% de Naturgy tras meses de negociaciones infructuosas. Según un comunicado de Criteria publicado por la CNMV el pasado junio, las conversaciones se han dado por terminadas sin alcanzar ningún acuerdo, poniendo fin a la operación que se había anunciado en abril. Criteria, principal accionista de la energética, reafirmó su compromiso a largo plazo con Naturgy y su apoyo al plan de transformación y transición energética de la compañía.