Impedir los ataques premeditados a cuchilladas, sean procedentes de la delincuencia común o de presuntos terroristas, es tarea compleja. Pero por lo menos la ministra alemana del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, se plantea evitar que cualquier reyerta, pelea o discusión crispada pueda derivar en el uso de un arma blanca por parte del agresor o el agredido.

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