Este año no ha habido vacaciones de verano para los seis candidatos a suceder al exprimer ministro británico Rishi Sunak al frente del Partido Conservador tras la derrota en las elecciones del pasado julio. Cada día es importante para tratar de conseguir apoyos en una carrera que, según las previsiones, no se decidirá hasta noviembre pero que sí contará con pasos intermedios: dos de los contendientes serán descartados a mediados de septiembre y otros dos caerán a finales de octubre, tras la celebración del congreso nacional del partido. Los candidatos están aprovechando el parón parlamentario de agosto para tejer alianzas por todo el país con el objetivo de mantenerse a flote en una lucha que se recrudecerá previsiblemente en los próximos meses.
La exministra de Comercio Kemi Badenoch sigue siendo la principal favorita más de dos semanas después de la publicación de la lista oficial con los seis candidatos. Según una encuesta elaborada por el portal Conservative Home, Badenoch cuenta con el 33% de los apoyos entre los miembros de su partido. Una ventaja de más de 10 puntos frente a su principal perseguidor, el exsecretario de Estado de Inmigración Robert Jenrick, que se sitúa en segunda posición con un 19%. La victoria de la exministra de Comercio, sin embargo, no está ni mucho menos garantizada: las críticas de algunos de sus compañeros de partido por su decisión de mantener un perfil bajo durante los recientes disturbios xenófobos en el país podrían pasarle factura.
La campaña de Badenoch también se ha visto sacudida tras la publicación de una intervención suya en el la Cámara de los Comunes, en 2018, en la que defendió incrementar la concesión de visados para inmigrantes. Unas palabras que chocan con su posición actual, basada en reducir la llegada de extranjeros al país. “Necesitamos un debate veraz sobre inmigración en esta contienda. Pretender que las declaraciones públicas (¡sobre la política del partido de hace 3 elecciones!) son nuevas revelaciones es agarrarse a un clavo ardiendo”, ha asegurado esta semana la exministra, quien ha defendido su cambio de parecer en esta materia tras darse cuenta de que la política migratoria del Gobierno “no estaba funcionando”.
Debate sobre inmigración
El debate sobre la inmigración está siendo uno de los principales temas en la batalla interna por el liderazgo del Partido Conservador. Jenrick, un anterior centrista moderado que ha radicalizado su discurso en los últimos años, está tratando de recortar distancias con su rival con propuestas como la recuperación del plan de deportaciones a Ruanda –tumbado por el nuevo Gobierno laborista– y con la reducción de la inmigración neta anual hasta las 10.000 personas, muy lejos de las 700.000 personas registradas en 2023. Los cambios en sus posiciones políticas, sin embargo, han generado recelos entre algunos miembros de su partido, que lo acusan de adaptar sus planteamientos en función de cómo soplen los vientos.
Priti Patel, otra de las candidatas del ala dura del partido –fue ministra del Interior en el Gobierno de Boris Johnson– también ha puesto la inmigración en el centro de sus propuestas, a pesar de que bajo su mando se registraron cifras récord en la llegada de extranjeros al país. “El Gobierno tomó la decisión correcta. Nos aseguramos absolutamente de dar al NHS [el Servicio Nacional de Salud] el apoyo que necesitaba a través de los visados a médicos y a cuidadores”, ha asegurado Patel en una entrevista a GB News esta semana para defenderse de los previsibles ataques de sus rivales en esta materia. Por ahora, la exministra del Interior cuenta con un 8% de los apoyos en su partido, la segunda por la cola.
Candidatos moderados
Incluso candidatos más moderados como el exsecretario de Estado de Seguridad Tom Tugendhat y el exministro de Exteriores James Cleverly han puesto asuntos como la inmigración y la seguridad encima de la mesa en estas primeras semanas de contienda. Cleverly –que ejerció como ministro del Interior en los últimos meses del Gobierno de Sunak– ha lanzado insinuaciones sobre la presunta falta de imparcialidad de la policía, acusada por sectores de la derecha de responder con mayor contundencia a los disturbios provocados por agitadores de extrema derecha que a los alentados por personas racializadas.
Tugendhat también ha sido crítico con los responsables policiales, especialmente en la vigilancia de las marchas propalestinas, y ha apostado por unas fuerzas de seguridad “más duras y más fuertes”. Tanto él como Cleverly cosechan cerca de un 10% de los apoyos y se sitúan en tercera y cuarta posición en la última encuesta, manteniendo sus opciones de pasar el corte de septiembre. Más difícil lo tiene el último de los seis candidatos en liza, el exministro de Trabajo Mel Stride, posiblemente el candidato más moderado y al que las encuestas dan un 2% de los votos. Stride es el que más ha apostado por unir al partido, pero sus colegas de bancada no están muy por la labor. Al menos hasta noviembre.
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