El PSOE y Junts se disponen a transitar un nuevo camino que decidirá el destino de esta legislatura, pero todavía no saben de qué material está hecho. La disposición de los posconvergentes a colaborar con el Gobierno central ha disminuido mucho en los últimos meses, a raíz de la investidura del socialista Salvador Illa como president de la Generalitat y de la situación judicial de Carles Puigdemont, a quien el Supremo niega la aplicación de la ley de amnistía. Aun así, y a pesar de avisos tan serios como el voto en contra de sus siete diputados a la senda de déficit presentada por la Moncloa el pasado julio, no se cierran a continuar apoyando al Ejecutivo. Con este ambiente enrarecido, ambas partes se emplazan a una próxima reunión, que en principio tendrá lugar cuando comience septiembre, para redefinir sus relaciones. 

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