El gran incendio que azota Madeira desde el pasado miércoles sigue sin control. El fuerte viento que ha soplado estos días, unido a las altas temperaturas que han reinado en el archipiélago portugués y su complicada orografía están haciendo muy complicadas las tareas de extinción. Rachas de hasta 87 kilómetros por hora que no solo están avivando el fuego, también han obligado a cancelar más de 60 vuelos en el aeropuerto, por lo que cientos de pasajeros se han quedado tirados en la isla, entre los que se incluyen varias decenas de canarios que estaban pasando allí el puente de agosto.

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