Federico García Lorca fue asesinado el 18 de agosto de 1936 en su Granada natal. Hoy se cumplen 88 años de lo que Antonio Machado inmortalizó con su poema ‘El Crimen fue en Granada’. Federico fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX y, sin duda, sigue siendo el más universal.

Mucho se ha escrito sobre este execrable asesinato y el de las otras víctimas acribilladas junto al poeta en la madrugada del 18 al 19 agosto de 1936 en Víznar: el maestro Dióscoro Galindo y los dos banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Francisco Galadí. También mucho se ha escrito sobre las circunstancias que lo rodearon. Sin embargo, con relación al hecho de que en el mismo lugar del barranco de Víznar donde fusilaron y arrojaron a Lorca, también fueron asesinadas 39 mujeres, se conoce mucho menos. 

La investigadora y memorialista Silvia González ha estudiado profundamente estos casos y ha escrito sobre estas mujeres. Un trabajo de investigación modélico y concienzudo para salvaguardar la memoria de estas mujeres de condiciones sociales modestas y que defendieron, hasta pagar con su vida, las libertades y la democracia.

En tres destacados y documentados reportajes publicados en octubre de 2022 en el periódico EI Independiente de Granada bajo el título de ‘Mujeres fusiladas entre Víznar y Alfacar. ¿Quiénes eran?’, González aborda quiénes eran las 39 mujeres que un día fueron asesinadas en los parajes entre Víznar y Alfacar. Según la investigadora y memorialista, muchas de ellas fueron pioneras del feminismo y de la política y que, por ello, por no estar enmarcadas en los que eran los estereotipos de la mujer que el nuevo régimen impuso, pagaron con sus vidas esa “osadía”. Eran 39 mujeres de extracción social humilde, de clase trabajadora que fueron asesinadas y hechas desaparecer en los primeros días de la sublevación fascista. En su inmensa mayoría, eran residentes y vecinas de la ciudad de la Alhambra.

Silvia González, autora de la serie Mujeres fusiladas entre Víznar y Alfacar. ¿Quiénes eran?

 

Cabe destacar en la siniestra selección de las mujeres asesinadas entre Víznar y Alfacar, su implicación política o sindical, activistas y con fuerte compromiso social. Muchas de ellas estaban integradas en los principales gremios en los que trabajaban las mujeres, principalmente dedicadas al servicio doméstico, al sector textil y al campo. En aquellas fechas era muy frecuente que las mujeres estuvieran registradas en el padrón de Granada con profesiones como la de modista o sirvienta, pero, sin embargo, “sus labores” englobaba a muchas mujeres que trabajaban en el campo en labores agrarias. Silvia González señala en sus reportajes que de las veintiuna mujeres que conforman estos dos grupos, nueve trabajan en el sector textil, tres son sirvientas, dos vendedoras, una trabaja en el sector del tabaco y cinco mujeres se dedican a “sus labores”.

Detenidas en sus domicilios y luego presas, rapadas y maltratadas

De las investigaciones se concluye que los encarcelamientos se produjeron en un primer momento en Torres Bermejas, fortaleza situada en la colina del Mauror, frente a la Alhambra y que fue un espacio de reclusión para las mujeres granadinas durante la Guerra Civil durante el verano de 1936. Posteriormente, las nuevas autoridades granadinas decidieron acondicionar el Convento de San Gregorio Bajo, junto a Calderería, al pie del barrio del Albaicín, para la población penitenciaria femenina de la capital. En esa cárcel, las presas eran rapadas y maltratadas.

De las cárceles a las fosas

La serie de reportajes ‘Mujeres fusiladas entre Víznar y Alfacar. ¿Quiénes eran?’, desvela cómo en el Gobierno Civil de Granada se confeccionaban las listas de las personas presas que debían ser conducidas a Víznar. Las transportaban en coches, camiones o, incluso, el grupo más numeroso del 23 de noviembre, fue obligado a subir en un autobús de la Alsina.

Se cometieron numerosos asesinatos en la carretera entre Víznar y Alfacar siendo, según diversos testimonios, el primer grupo fusilado en Puerto Lobo el 7 de agosto. Más tarde, para tal siniestro fin, se usaría el Prado de la Casilla (paraje en el que fueron fusilados y enterrados los catorce concejales socialistas del Ayuntamiento de Granada ajusticiados en los primeros días del golpe militar). A partir del 24 y el 25 de agosto, se utilizaron los pozos de Víznar. Lo único que comunicaban al puesto de mando del sector era el número de “trajes” que iban a recibir. A partir del 14 de agosto de 1936 el capitán Nestares ordena al escribiente que recoja los datos de los reos. Luego eran conducidas a La Colonia, un cortijo de Víznar donde Federico García Lorca, pasó sus últimas horas de vida, utilizado por la República como colonia de verano para los hijos de los obreros, de ahí su nombre, pero convertido en prisión por los franquistas. No siempre fue así. En otras ocasiones las prisioneras fueron conducidas directamente, y después salían en un vehículo hacia el Barranco de Víznar donde eran fusiladas.

En este día del 88 aniversario del asesinato de Federico, hemos querido recordar a otras víctimas, injustamente asesinadas por defender unas ideas o no aceptar el estereotipo que los nuevos gobernantes, los fascistas, quisieron, y lograron imponer. En este caso, se trata de 39 mujeres. En la madrugada del día 5 de otro mes de agosto,, de 1939, Julia Conesa, una de las 13 Rosas, le escribió una carta a su familia en donde decía “que mi nombre no se borre en la historia. La joven iba a morir fusilada y le transmitía esta última voluntad. Fueron otras mujeres asesinadas. Este es nuestro recuerdo y homenaje a esas 39 mujeres fusiladas en el mismo lugar que Federico, entre Víznar y Alfacar. Para que sus nombres no caigan en el olvido, para que sus nombres tampoco se borren en la historia: El crimen fue en Granada.

 

 

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