La obra llamada a transformar urbanísticamente la zona comprendida entre Cristalería, La Maruca y Jardín de Cantos comenzará a principios de 2026, según ha avanzado la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida como «banco malo» y propietaria del 84,64 por ciento del terreno afectado en el convenio.
Tras un periodo de información pública, el pasado 12 de junio se aprobó definitivamente el proyecto modificado presentado por la Sareb, con algunos cambios de titularidad respecto al inicial. «Se ha aprobado definitivamente el nuevo documento de estatutos y bases de la junta de compensación que modifica el documento anterior, integrando a la totalidad de los propietarios en el desarrollo. Y recientemente, se han presentado en el Ayuntamiento los proyectos de expropiación y compensación para desarrollar los parámetros contenidos en el convenio y en el plan general», subrayan desde la Sareb.
Respecto a la zona por la que empezarán las obras, desde la Sareb precisan: «Está pendiente de definir. Al tratarse de una unidad de ejecución no tiene en estos momentos definidas fases temporales diferenciadas de urbanización». Y agregan: «Las futuras edificaciones se materializarán en la zona de La Maruca. Se trata de una unidad discontinua, la urbanización abarca tanto esta zona como pequeñas áreas de la zona de Jardín de Cantos». Una vez se coloque el primer ladrillo, los vecinos de Jardín de Cantos verán cumplida una reivindicación que suma más de tres décadas.
El ámbito de actuación de Cristalería abarca 76.938 metros cuadrados, de los que se aprovecharán para la construcción 35.594 metros cuadrados, el equivalente a unas 350 viviendas, como avanzó este diario ya en febrero de 2021. Pero no todas serán iguales: en el convenio de Cristalería tiene un peso importante la vivienda protegida, a la que se destinarán tantos metros cuadrados para su construcción (16.644) como al total de vivienda familiar y vivienda libre. El proyecto contempla también espacio para la actividad comercial (2.500 metros cuadrados). El Ayuntamiento es el dueño del 6,75 del suelo y, los propietarios privados, del 8,61.
En el área de Jardín de Cantos, el Plan General dispone la edificación con emplazamiento fijo, a fin de obtener una amplia zona destinada a parque público, y un terreno que el Plan General de 1986 destinaba a equipamiento público, utilizado como club social, pero que estaba sin obtener. «Se pretende establecer una relación visual con el desarrollo del Nodo y restantes suelos perimetrales a urbanizar en contacto directo con el suelo urbano consolidado, potenciando en la medida de lo posible la acumulación de los espacios libres de uso público de cesión, y su vinculación al barrio de Jardín de Cantos, de forma que tanto la nueva edificación como la preexistente bordee la zona verde, evitando barreras visuales al ubicar la edificación en los extremos de la parcela», explican en el plan de actuación.
El barrio Jardín de La Maruca, en Avilés, fue proyectado en 1948 por el arquitecto asturiano Enrique Rodríguez Bustelo, por encargo de la empresa Cristalería Española, con vistas a albergar a los técnicos de la compañía. Se busca así dotarlos de alojamientos de élite, en un espacio segregado del destinado a los obreros, pero anexo igualmente a la fábrica. Supone una de las iniciativas urbanísticas regionales más curiosas de la posguerra, según explicaba en estas páginas la profesora Carmen Adams, doctora en Historia de Arte. Había –y se conservan muchas, aunque en estado ruinoso la mayoría– viviendas al modo de ciudad-jardín, con chalés bifamiliares.
En los últimos años, los vecinos han levantado muchas veces la voz: demandaban una actuación urgente en esta zona, visiblemente deteriorada. Ahora el proyecto de construcción incluye la construcción de viviendas, muchas protegidas.
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